Desde este miércoles, Canadá puso en marcha una ofensiva comercial contra Estados Unidos al imponer un arancel del 25% a los vehículos y piezas automotrices provenientes de su vecino del sur; el anuncio, hecho por el Primer Ministro canadiense Mark Carney a través de su cuenta en X, responde a las recientes tarifas impulsadas por el presidente Donald Trump.
“El presidente Trump provocó esta crisis comercial y Canadá está respondiendo con determinación y contundencia”, sentenció Carney, en un mensaje que encendió las alarmas en el sector.
La medida llega tras una semana tensa, luego de que Washington aplicara aranceles del 25% a autos fabricados fuera de EE.UU., junto con un 10% a importaciones de energía y un 25% a acero y aluminio canadienses, pese a eximir a Canadá de una tarifa base del 10% que sí afecta a otros países.
En retaliación, Ottawa diseñó una estrategia quirúrgica: sus aranceles solo tocan componentes fuera del T-MEC, el acuerdo que une a México, EE.UU. y Canadá, y ofrecen un proceso de remisión para aliviar a las empresas afectadas.
Mientras Trump insiste en gravar todo vehículo no ensamblado en suelo estadounidense y planea más tarifas a piezas antes del 3 de mayo, Canadá busca proteger su industria automotriz, que en 2024 produjo 1,54 millones de vehículos ligeros.
Flavio Volpe, líder de los fabricantes de autopartes canadienses, celebró la exclusión de piezas del T-MEC y pidió mantener a México fuera del fuego cruzado, advirtiendo que aranceles mal dirigidos podrían “paralizar” el sector en Norteamérica.
Entre tanto, el Departamento de Finanzas de Canadá lanzó un plan de incentivos para sostener empleos y producción, en un pulso comercial que pone a prueba décadas de integración económica entre ambos países.
Con información de Nota de Prensa
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