La Santa Sede ha desplegado un arsenal tecnológico sin precedentes para proteger la privacidad del cónclave que iniciará el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, donde se elegirá al próximo sumo pontífice: Bloqueadores de señal, escudos antidrones y sistemas contra micrófonos ocultos transformarán el recinto en una fortaleza digital, en respuesta a las crecientes amenazas de ciberespionaje.
Según reportó el diario italiano Corriere della Sera, especialistas han trabajado intensamente para garantizar que ninguna señal, imagen o sonido pueda filtrarse desde el interior; entre las medidas destacan los bloqueadores de frecuencia que neutralizan celulares, Bluetooth y WiFi, películas protectoras que repelen drones y láseres espía, y barridos electrónicos para descartar dispositivos de escucha.
Además, los cardenales electores deberán entregar todos sus dispositivos electrónicos antes de ingresar, y la red informática del Vaticano operará completamente desconectada de internet, con servidores resguardados en la Biblioteca Apostólica Vaticana.
La Gendarmería Vaticana también ha implementado una red de radio encriptada con tecnología militar para emergencias, mientras que empresas como la británica Cip y la israelí Radure, junto a la Agencia de Ciberseguridad Nacional de Italia (ACN), refuerzan la defensa digital.
Estas firmas aportan sistemas de detección de intrusos, monitoreo en tiempo real y simulaciones de crisis, creando una arquitectura híbrida que combina seguridad interna con soporte externo.
Las medidas responden a los ciberataques sufridos por el Vaticano en 2022 y 2024, que interrumpieron servicios y expusieron vulnerabilidades, como la falta de protocolos HTTPS en más del 90% de sus sitios web.
Estos incidentes, vinculados a tensiones geopolíticas, han llevado a la Santa Sede a priorizar la ciberseguridad para salvaguardar la confidencialidad del cónclave, un proceso considerado sagrado y crucial para la Iglesia católica.
Con información de Nota de Prensa
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