28 de enero de 2025

¡125 años consagrados a su Hijo! La Chinita: Camino de esperanza y paz

Cada 18 de noviembre, Maracaibo y toda Venezuela se visten de júbilo para celebrar a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, cariñosamente conocida como «La Chinita». Este año, la conmemoración adquiere un significado especial, pues se cumplen 125 años desde que la Virgen fue consagrada al Hijo de Dios, fortaleciendo su legado como símbolo de esperanza, fe y unión entre los zulianos. 

Este 18 de noviembre, bajo el lema «Chiquinquirá: camino de esperanza y paz ¡125 años consagrados a su Hijo!, la Iglesia ha invitado a los creyentes a reflexionar sobre el mensaje de fe y reconciliación que representa la Virgen. La celebración incluye la emblemática Bajada de La Chinita, una procesión solemne que recorre las principales calles de Maracaibo y reúne a miles de devotos, reseñan portales marabinos. 

Hoy por hoy La Chinita sigue siendo un faro de esperanza para los venezolanos. El obispo de la Diócesis de Maracaibo destacó durante la misa principal que “Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá nos llama a caminar en unidad, dejando de lado las diferencias y confiando en el amor de su Hijo, Jesús”.

En este día, los fieles, muchos de ellos vestidos con atuendos tradicionales y portando estampas y rosarios, comparten testimonios de milagros atribuidos a La Chinita. Algunos agradecen por salud, otros por fortaleza, y todos coinciden en que la devoción a la Virgen es una fuente inagotable de consuelo espiritual. 

Más allá de lo religioso, La Chinita es un ícono cultural del Zulia. Su festividad está profundamente ligada a la gaita zuliana, cuya temporada inicia oficialmente en su honor. Temas emblemáticos como “La grey zuliana”, entre otros, son parte esencial del homenaje musical que cada año le rinden los artistas locales e incluso nacionales. 

En este aniversario especial, el mensaje de La Chinita se convierte en una invitación a mirar hacia el futuro con esperanza y fe. Sus devotos la reconocen como una guía espiritual en momentos de adversidad, reforzando su papel como madre protectora de los zulianos y de toda Venezuela. 

La Virgen de Chiquinquirá, 125 años después de su consagración, sigue siendo un símbolo eterno de amor y paz, uniendo corazones y renovando la esperanza de un pueblo que nunca pierde la fe.

Con información de Portales Web

Imagen ND

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