Cada 30 de noviembre se celebra el Día del Influencer, jornada dedicada para aquellas personas que generan contenido en redes sociales, ya sea de forma intencional, por relación comercial o famosos que terminan siendo influyentes en las plataformas como deportistas, cantantes o hasta políticos por su condición, estilo de vida y lo que representan ante la sociedad y audiencias.
En ocasiones se presenta un dilema al diferenciar un influencer con un periodista o comunicador social, sin lugar a dudas las nuevas tecnologías de comunicación amplían la libertad de expresión, pero no son estrictamente periodísticas.
Aún, cuando se vive una gran revolución en la comunicación, y la forma de ejercerla, las nuevas tendencias de los llamados “influencers” no podrán sustituir al periodismo y en de las redes sociales, no podrán sustituir el alcance e influencia de los llamados medios tradicionales: Radio y Televisión.
A pesar del torbellino de información digital que invaden los espacios, las audiencias responsables siempre apreciarán la información detallada sobre la base de la fuente, investigación, verdad, credibilidad para así manejar contenidos responsables.
Durante entrevista realizada a Lesbia Aguilera, miembro de la junta directiva del Colegio Nacional de Periodistas Seccional Lara, señaló que vienen realizando investigaciones ‘serias’ al uso de redes sociales como Instagram y de la creación de contenidos de los influencers.
“Tanto los influencers, como aquellos creadores de contenido, yo creo que van a ser desplazados definitivamente por la carrera del periodismo”, dijo.
Influencers como creadores de contenido, jamás reemplazarán al ejercicio del periodismo responsable, “el periodista es mucho más que eso”. Comentó que, por ejemplo, el derecho a réplica está fundamentalmente contemplado en la Ley del Ejercicio del Periodismo, y no lo tiene un influencer”.
Sin embargo, portales especializados, en el arte de comunicar, revelan que, “lo que no podemos hacer los periodistas, es ignorar la forma y el contenido que utilizan los influencers, para atraer a sus audiencias”, aunque en la mayoría de los casos se trate de una atracción por intereses, meramente, comerciales.
Indican además que el periodismo, “es una forma común de recoger información, por lo que profesionalizarlo no fue fácil. Es una profesión vivencial que fue escribiendo sus propios códigos, formas y términos”, mientras que el influencer, “es una persona que destaca en una red social u otro canal de comunicación y expresa opiniones sobre un tema concreto, que ejercen una gran influencia sobre muchas personas que la conocen”.
El influencer llegó con un personaje creado a través de la comedia, apoyado por una audiencia creada por él mismo; el periodista es un servicio al público.
También entra en el debate el hecho de que el periodista, también llamado profesional de la comunicación, es un individuo preparado en universidades y se encarga de la búsqueda, procesamiento y manifestación de datos, acontecimientos que resulten noticiosos.
Lo anterior son opiniones y apreciaciones que, justamente, valoran la influencia de personajes destacados en las audiencias por ser cantantes, actores, cultores, deportistas, músicos, entre otros, que sin ser periodistas impactan a las audiencias con sentido responsable.
La diatriba continuará, así como avanzan las tecnologías digitales que cada día dejan más ventanas abiertas para que cualquiera pueda publicar contenidos e información, al parecer, sin ningún tipo de regulación, más que la conciencia y seriedad de los usuarios.
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