“No tener dinero para comprar una batería no es una limitación”
Sandino Herrera
¡El reciclaje está en todo! Sandino Herrera, de 21 años de edad, nacido en el estado Miranda y residenciado en una zona rural de los Valles del Tuy, es un joven venezolano que sentía atracción por aprender a tocar batería, pero carecía una gran limitación y es que, no tenía los recursos para poder adquirir el instrumento musical.
Así que su mayor obstáculo se convirtió en su principal motivación, y es que, el joven decidió inventar algo nuevo: “Batería de potes”. Sandino afirmó que no fue necesario ver ningún tutorial en la plataforma de YouTube para él mismo, crear este instrumento.
“Me gusta inventar mucho”, admite y explica que desde muy pequeño era aficionado a la música y al mencionado instrumento de percusión. Entre sus bateristas preferidos están los de los grupos Rush, Tool y Slipknot, dijo Herrera.
Su primera batería fue compuesta por ollas y potes y la segunda, la utiliza actualmente para tocar todos los sábados por la tarde en la Plaza El Venezolano. Además, tiene una convencional donada por alguien que presenció cómo hacía sonar ese primer invento.
El joven soñador es reconocido por los transeúntes, quienes se acercan, graban vídeos y lanzan algún billete a la gorra. Permanecen de pie, atentos, porque pareciera difícil de creer cómo puede salir un sonido producido por la percusión en una fila de envases plásticos.
Sandino explica que, con paciencia, fue recopilando los materiales en un vertedero de desechos.
“Hay recipientes de cloro, alcohol, gelatina para el cabello. Son de distintos tamaños y cada uno cumple una función determinada”, fue un trabajo colectivo que llevó dos meses, participaron vecinos que lo ayudaron con trabajos de soldadura, herrería y perforaciones, porque había que unir las cabillas que soportan los potes.
Su familia también intervino y le regaló algunos objetos que fueron indispensables para terminar su proyecto.
Entre las otras particularidades destaca el bombo, que es un balde, y el redoblante, compuesto por un recipiente tamaño familiar de mostaza, al que llegó luego de probar con otros que no le daban el sonido que buscaba.
Además, en toda su creación destaca el color verde, pues dice que le pareció muy llamativo para colocárselo a su arte.
“No tener dinero para comprar una batería no es una limitación y aunque practicó entre dos y cuatro horas diarias en mi casa, me gustaría estudiar música de una manera más formal”, finalizó el joven Sandino Herrera.
Con información de Nota de Prensa
Fotos Cortesía
