Revelan investigaciones publicadas que el origen del “Dia de la Madre” se remonta en el Antiguo Egipto, en el 2.100 Antes de Cristo, donde comenzaron a adorar a la diosa Isis como ‘la gran diosa madre’, aunque no fue hasta la Antigua Grecia cuando comenzaron a rendir culto a Rea, madre del Olimpo. Esta tradición también la adoptaron los romanos, que pasaron a rendir culto durante tres días al año a la diosa Cibeles, la diosa Madre, a la que llevaban flores.
Esta fecha no siempre ha sido en la que se celebraba el Día de la Madre, ya que en el año 1854, el Papa Pio IX decidió establecer el día 8 de diciembre como el día de homenaje a la Virgen María, definiéndolo como el conocido Día de la Inmaculada Concepción y también como el Día de la Madre. Luego países como Estados Unidos decidió pasar su tradición al mes de mayo escogiendo para ello el segundo domingo de este mes, reseñan portales internacionales.
La activista Julia Ward Home fue una de las impulsoras de este día tras una manifestación en Boston a finales del siglo XIX en la que congregó a todas las madres de familia víctimas de la guerra de Secesión. Ya en 1914, el presidente Wilson Woodrow anunció el Día de la Madre como celebración oficial el segundo domingo de mayo, fecha en la que murió la madre de otra de sus impulsoras, Anna Reves Jarvis, y a la que homenajeaba todos los segundos domingos de mayo.
Aunque al Día de la Madre se tilde de ‘comercial’, se ha asumido como una fecha para conmemorar al sentimiento de ser Mamá, a quien todos los días se le debe festejar y honrar por su significado y esa fuerza motora que trasmite a sus hijos, “la Madre es pieza clave en la educación de los hijos e hijas y en la construcción del concepto: Familia”, por ello y mucho más se define como “La Creación Perfecta”.
Desde Notiprensa Digital deseamos a todas las Madres que tengan un día maravilloso, lleno del amor de sus hijos, sobrinos, hermanos, familias y de la vida misma, hoy afirmamos que son ustedes:
“La Creación Perfecta de Dios”
Dios, que estaba ocupado en crear a las Madres, llevaba ya seis días trabajando extraordinariamente cuando un ángel se le presentó y le dijo:
– Te afanas demasiado, Señor.
Y el Señor le respondió:
– ¿Acaso no has leído las especificaciones que debe llevar este pedido? “Esta criatura tiene que ser lavable de pies a cabeza, pero sin ser de plástico; llevar 180 piezas movibles, todas reemplazables; funcionar a base de café negro y de las sobras de la comida. Poseer un regazo que desaparezca cuando se ponga de pie; un beso capaz de curarlo todo, desde una pierna rota hasta un amor frustrado… y seis pares de manos”.
Y el ángel confundido observó:
– ¿Seis pares de manos? ¡Eso no es posible!
– No son las manos el problema – agregó el Señor – sino los tres pares de ojos.
– ¿Y eso para el modelo normal? – inquirió el ángel.
El Señor insistió:
– Uno para ver a través de la puerta siempre que pregunte: ¿Niños qué andan haciendo?, aunque ya lo sepa muy bien. Otro, detrás de la cabeza para ver lo que más le valiera ignorar, pero precisa saber. Y, desde luego, los de adelante para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera una palabra: “Ya entiendo hijo y te quiero mucho”.
El ángel tiró de la manga y advirtió mansamente:
– Vale más que te vayas a la cama, Señor, mañana será otro día…
– No puedo, y además me falta poco. Ya hice una que se cura por sí sola cuando enferma, que es capaz de alimentar a una familia de seis con medio kilo de carne molida y de persuadir a un chiquillo de nueve años que se esté quieto bajo la ducha.
Lentamente el ángel dio la vuelta en torno de uno de los modelos maternales:
– Me parece demasiado delicado – comentó con un suspiro.
– Pero es muy resistente – aseguró Dios emocionado – no tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar.
– ¿Podrá pensar?
– ¡Claro! Y razonar y transigir.
Por último, el ángel se inclinó y pasó una mano por la mejilla del modelo.
– ¡Tiene una fuga!
– No es una fuga, es una lágrima.
– ¿Y para qué sirve?
– Para expresar gozo, aflicción, desengaño, soledad y orgullo.
– Eres un genio, Señor – dijo el ángel.
Y Dios, con un perfil de tristeza, observó:
Pero no fui yo quien puso esa lágrima ahí. Solo apareció…
Lo malo es que nunca tendrá descanso y jamás obtendrá ni la mitad de amor que ha derrochado y por eso: ¡¡¡Le doy mi bendición muy especial!!!
Esta es mi Creación ¡Perfecta!.
Autor desconocido
Notiprensa Digital