En entrevista especial la reconocida actriz venezolana, directora y productora de cine y teatro, habla de la cinematografía nacional, de la actuación en su primera película “Ifigenia” de Iván Feo; de sus casi cuatro décadas en la actuación en cine, televisión y teatro, la incursión como directora y productora, así como su visión del cine venezolano.
Marialejandra Martín conocía Barquisimeto como muchos venezolanos: de paso. Iba con su familia de Caracas a Mérida, de vacaciones o a cualquiera otra parte del país por diversos motivos, y pasaba por esa ciudad, el corazón geográfico de Venezuela, famosa por sus crepúsculos, su Obelisco y su virgen, la Divina Pastora, entre otros íconos.
No obstante, en marzo del 2023 fue invitada al Festival Nacional de Cine de Barquisimeto, para dar un taller de aproximación a la actuación y quedó enamorada de la ciudad y de su gente. “Barquisimeto es una ciudad ordenada, por ese tema de la cuadrícula arquitectónica en su organización espacial. Más allá de eso, tiene algo más especial aún: su gente. De ese encuentro me fui con grandes amigos, que de verdad no entiendo cómo se forjaron en tan poco tiempo, tres o cuatro días, pero en ese breve lapso se convirtieron en amigos fraternos, como Isabel Caroto y Luis Girón, organizadores del Festival Nacional de Cine de Barquisimeto, directores del centro de estudios audiovisuales Cieca y co-productores de nuestro nuevo proyecto cinematográfico”, aseveró la reconocida actriz venezolana, que igualmente ha incursionado exitosamente en la dirección y producción de cine y de espectáculos teatrales.
“En Barquisimeto, he tenido la posibilidad de maravillarme con la actitud de su gente. Nuestro nuevo proyecto cinematográfico es fruto de esta actitud, muy especialmente la forma de encarar la vida sus creadores, como la gente de Zuaas, a quienes escuchamos leer en voz alta los relatos recopilados en sus libros colectivos de narrativa breve, y quedamos encantados con sus historias, y de donde nos inspiramos para producir nuestro proyecto cinematográfico actual, “¡Zuass, se fue la luz!”, que me lleva a ir con más frecuencia a esa extraordinaria ciudad, en donde preparo este primer largometraje, mi Ópera Prima, en co-coproducción con Procine y la Caja Teatro, además del Cieca”, dijo Martín.
–De tu primera incursión en la industria audiovisual en Venezuela, a mediados de los años ochenta con la película “Ifigenia” de Iván Feo, hasta el presente, cuál es el balance que haces de tu carrera como actriz, qué te ha dado más satisfacción, que es lo te ha gustado menos ‐si hay algo que no te ha gustado-, que es lo que harías distinto, que cambiarías, que no cambiarías.
–No cambiaría nada, porque de los errores es de lo que más se aprende. Creo que he tenido un camino privilegiado, en el mejor sentido de la palabra, por todas las oportunidades que he recibido. Más bien me parte el corazón saber que en aquella época los actores teníamos dos canales de televisión que no te soltaban, terminabas en uno y te agarraba el otro. Así era con todos los actores. Que haya hecho una audición con una gran cantidad de actrices y haya quedado para trabajar en “Ifigenia”, fue maravilloso, independientemente de si lo hice bien o no. En esa época tenía 17 años y uno va aprendiendo en el camino, o no, aprendes unas cosas y otras no, a lo mejor hay cosas que no aprendes nunca. En todo caso no cambiaría nada.
–En una oportunidad, en una entrevista, comentabas que algunos de los aspectos de tu carrera que cambiarías, es haber llegado antes a la producción audiovisual y de teatro ¿Qué es lo que se ve desde la producción y dirección de un trabajo audiovisual y de teatro, que no se ve desde la actuación?
–Me preparé durante más de quince años para dirigir en el cine. Empecé a hacer talleres de guion y dirección. Comencé con Carmen Roa, luego con Julio César Mármol padre, posteriormente con Carmen La Roche, que resultó fundamental, ya que con ella comencé a escribir propiamente un guión. Después Thaelman (Urgelles), que fue mi tutor y un gran maestro en el cine. Tuve la oportunidad de viajar a Nueva York, a estudiar cinematografía, aunque ya estaba grande, ya había hecho (la telenovela) “Por estas calles” (en Radio Caracas Televisión). Reuní y me fui a Nueva York por dos años, recuerdo que era la más adulta del grupo de mi escuela. Pero desde muy joven me gustaba dirigir, desde “Ifigenia”. En esa época, lo que deseaba, era ser script (persona encargada de verificar la continuidad de una película), y fíjate, la script de cine está en la línea de la dirección. El actor solo es parte de un engranaje, es una parte de ese gran barco que son las producciones audiovisuales.
–¿Qué se puede decir de este nuevo proyecto cinematográfico tuyo? ¿De dónde nació? ¿De qué se trata? Sabemos que es una comedia, que se rodará entre Barquisimeto y Caracas, pero hay otras regiones del país involucradas, como Maracaibo.
–Este proyecto nació de una lectura en voz alta, como comenté antes. A ese evento fui invitada durante el Festival Nacional de Cine de Barquisimeto, en el 2023, en el que estuve dando unos talleres de aproximación a la actuación. Allí escuché la lectura de los libros del grupo Zuaas y quedé encantada con esta experiencia que surgió del apagón del 2019. Me impresionó de cómo a partir de una catástrofe, en ellos nace esa idea de construir un bien artístico, como resultó el libro “!Zuaas…! (Historias breves de la crisis eléctrica) Microrrelatos”. Eso me impactó, me pareció algo tan venezolano, conseguir humor en medio de las situaciones más terribles, conseguir belleza y amor en las circunstancias más dolorosas, en una situación de penuria. Que un grupo de gente talentosa, creativa, de distintas profesiones y oficios, se dedicara a hacer un libro con estas historias, como una forma de sobrevivir emocionalmente a esta tragedia, me pareció maravilloso.
Además, me pareció tan cinematográfico. En esta experiencia nos inspiramos para escribir el guion de la película “!Zuass… se fue la luz!”, en el que participamos Thealman Urgelles, Malena Roncayolo y mi persona. La nuestra es una historia propia, pero que al igual que en el libro habla de cómo el venezolano, en las situaciones más difíciles y dramáticas, es capaz de utilizar el humor como herramienta creativa para salir adelante. Hay personajes encantadores, simpáticos, chéveres y maravillosos, que se muestran en la película, así como, claro está, personajes con los defectos que también tenemos. Todos estos personajes se muestran en la historia, todo visto de una manera muy amorosa. Así como la experiencia Zuaas, este proyecto cinematográfico tiene un abanico de posibilidades con respecto a los personajes, porque la plaza donde ocurre buena parte de la historia, tiene que estar llena de gente, y de gente interesante, los muchachos escuchando música, los niños jugando, los adultos hablando en la plaza.
–Esta película, tu Opera Prima como largometraje, es una comedia romántica. Este género, el de la comedia, ha sido poco explorado en el cine venezolano ¿Cuál es tu perspectiva sobre este género en la cinematografía nacional?
–Debo decir que las comedias que he visto últimamente no se han lucido mucho, es mi opinión muy personal. Claro, hay algunas que no son propiamente comedias, pero tienen elementos de comedias porque los venezolanos tenemos esos componentes emocionales. No hablo de ese tipo de comedias sino de aquellas que utilizan el chiste fácil. A mí la comedia que me funciona como espectadora, es aquella en la cual la circunstancia es graciosa, y no buscar la risa por una grosería o un chiste repetido. Esto último no me hace gracia. Me gusta ver más la comedia en la que, por ejemplo, la persona padece una circunstancia. Pienso que hay que rescatar el valor de la comedia y mostrar a través de ella lo que somos. El cine es un espacio maravilloso para ello.
–En este 2024 celebramos 127 años del cine venezolano. Nuestro cine, en la actualidad, navega en un mar de dificultades, como el país, en todos los ámbitos. En Venezuela se siguen produciendo películas, contra viento y marea, como muchas cosas que se hacen aquí ¿En dónde, crees tú, está la clave de ese espíritu de superación en medio de las dificultades?
–He visto muchas películas venezolanas y estoy sorprendida de las cosas maravillosas que se han hecho en los últimos años. Y digo más, hay que contar como películas venezolanas, las que hacen los venezolanos que están en el exterior. Además, son los mismos venezolanos que están en el exterior, los que muchas veces apoyan lo que hacemos actualmente en el país.
En mi cortometraje que precede a este largometraje (“Ritorno”, 2023), cerca del noventa por ciento de los patrocinantes de esa producción, son venezolanos que viven en el exterior. Ese es un gran capital que tenemos. Lo que se está haciendo en cine, tanto dentro como fuera de Venezuela, es muy interesante. Es cierto, tenemos muchas dificultades, pero también hemos sido respaldados por las instituciones que nacieron para apoyar al cine. A nosotros, por lo menos, nos está apoyando el CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, ente rector del cine y medios audiovisuales en Venezuela), y la Villa del Cine también nos apoyó en los dos cortometrajes que preceden a esta película, “Ritorno”, pero también en “Qué hago yo aquí” (2019).
Aparte de eso, muchas empresas privadas apoyan, eso es lo que también debemos lograr para la nueva película, en la que participarán reconocidos actores y actrices del país, como Dora Mazzone, Rolando Padilla, Emilio Lovera, Tania Sarabia, Maricarmen Regueiro, Luigi Sciamanna, Alejandro Noguera (Charly Mata) y Amílcar Rivero, así como dos extraordinarios jóvenes actores, Claudia Rojas y Alan Suárez, entre muchos otros. De Igual manera, intervendrán actores residenciados en Barquisimeto y otras partes del país, que hicieron el casting en enero de este año.
–El de las Artes es uno de los sectores más golpeados por la crisis venezolana. Por esa razón, entendemos que muchos artistas hayan emigrado. Hay otro grupo que se ha quedado, resistiendo los embates de la crisis. Y no solamente eso, también actuando, produciendo y dirigiendo teatro, haciendo cine, activados en otros géneros artísticos.
–Yo, de verdad, me sacudo lo negativo y nunca me veo como una víctima, y nunca me he visto como una víctima porque yo no soy una víctima. Creo que las circunstancias difíciles se viven en todos lados. Aquí tenemos circunstancias más difíciles que en otros lugares, pero circunstancias más amables que en otros lados. Debemos quitarnos de la frente el papel de “pobrecito yo”, eso no te lleva a ningún lado. Uno tiene que ser un motor de sus propios proyectos y tiene que defenderlos. Yo quiero hacer una película y trabajo duro hasta lograrla. No tenemos ni un año de cuando comenzó la idea de esta película, y ya hicimos el castingy también haremos el teaser, una escena de la historia que deseamos contar. Todo lo que está ocurriendo con la película me parece maravilloso.
Félix Gutiérrez / Andreína Alcántara para Notiprensa Digital