*El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, recorrió las zonas del distrito de Sukkur, en la provincia de Sindh y la localidad de Usta Mohhamad, en la provincia de Baluchistán, afectadas por las inundaciones provocadas por las recientes lluvias monzónicas que han azotado al país*
“He visto muchas catástrofes humanitarias en el mundo, pero nunca había visto una “carnicería” climática de esta magnitud. Simplemente no tengo palabras para describir lo que he visto hoy: una zona inundada que es tres veces la superficie total de mi propio país, Portugal”, afirmó Guterres.
Si bien se sintió impresionado por la «profundidad incuantificable del sufrimiento humano» que había presenciado, subrayó que también había visto «grandes cotas de resistencia y heroísmo humano, desde los trabajadores que entregan ayuda de emergencia, hasta la gente corriente que ayuda a sus vecinos».
Guterres destacó que más allá de que un tercio del país esté sumergido bajo el agua, de las más de 1300 vidas perdidas, de las decenas de millones personas que se quedaron sin hogar y del ganado y las cosechas arrasadas, todavía “se esconden niveles incuantificables de sufrimiento humano”.
Durante encuentro con los medios el Secretario General rindió homenaje a los enormes esfuerzos de respuesta de las autoridades pakistaníes, tanto civiles y militares como nacionales y regionales.
También agradeció, «a la sociedad civil, a las organizaciones humanitarias y a mis colegas de la ONU que se han apresurado a acudir. También quiero aprovechar para dar las gracias a todos los donantes que han empezado a apoyar a Pakistán en este terrible momento».
Ante la magnitud del desastre y las enormes necesidades que sufre el país asiático pidió un apoyo financiero inmenso y urgente para Pakistán, “esto no es sólo una cuestión de solidaridad o de generosidad, es una cuestión de justicia, Pakistán está pagando el precio de algo que fue creado por otros”.
Culpa a las economías desarrolladas
De vuelta a Karachi, Guterres recordó que los fenómenos meteorológicos extremos contienen “las huellas de la actividad humana”, en concreto de la quema de combustibles fósiles que calientan nuestro planeta.
“Los países del G20 son responsables del 80% de las emisiones actuales -el 1%, el 80%- y las economías desarrolladas son responsables de la gran mayoría de los gases de efecto invernadero a lo largo de la historia”, destacó.
Por ello, indicó que los países más ricos tienen “la responsabilidad moral” de ayudar a las naciones en desarrollo como Pakistán “a recuperarse de catástrofes como estas y a adaptarse, a crear resiliencia a los impactos climáticos que, por desgracia, se repetirán en el futuro”.
“Al menos la mitad de la ayuda destinada a la adaptación y a la resiliencia climática” debe asignarse a países como Pakistán para que sus ciudadanos, su economía y su riqueza queden protegidos frente a las próximas inundaciones.
“A medida que nuestro planeta siga calentándose, todos los países sufrirán cada vez más pérdidas y daños derivados del clima que superarán su capacidad de adaptación. Hoy, es Pakistán. Mañana, podría ser tu país, vivas donde vivas”, enfatizó.
El reciente desastre natural en territorio pakistaní ha dejado un saldo de 1.396 personas fallecidas y 12.728 heridas.
Con información ONU