En un enfrentamiento que duró apenas 46 segundos, la boxeadora argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini se encontraron en los octavos de final del peso wélter (entre 63,5 y 66,6 kg), durante los Juegos Olímpicos de París.
La controversia surgió cuando Carini abandonó la pelea frente a Khelif tras recibir varios golpes potentes en el rostro, ¿la razón? aunque Khelif es biológicamente mujer, su carga genética alta de testosterona aparentemente le otorga ventajas significativas sobre sus contrincantes.
Después de recibir el último golpe, Carini levantó el brazo y se retiró del combate: «Me dolía mucho la nariz y dije: ‘Paren’; siempre he luchado contra hombres, entreno con mi hermano, pero hoy he sentido demasiado dolor», declaró la italiana.
La retirada de Carini avivó la polémica sobre la participación de Khelif en París-2024, especialmente después de que no superara una prueba de género; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su desacuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI), argumentando que las atletas con características genéticas masculinas (Khelif es intersexual), no deberían competir en eventos femeninos.
Khelif, junto con la taiwanesa Yu Ting Lin, también enfrentó críticas después de ser descalificada del Mundial de 2023 por no cumplir con los criterios de elegibilidad de género, sin embargo, ambas boxeadoras, que compitieron en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, fueron consideradas aptas para París.
El COI respaldó la presencia de Khelif y Ting Lin en los Juegos, afirmando que todas las competidoras en la categoría femenina cumplen con las reglas de elegibilidad, además, señalaron que la prueba de testosterona no es perfecta y que muchas mujeres pueden tener niveles similares a los de los hombres sin dejar de ser mujeres.
Con información de Nota de Prensa
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