En un evento crucial para la economía mundial, desde este martes se lleva a cabo la 16.ª cumbre del bloque BRICS, en la que participa un número ampliado de países, incluyendo a los nuevos integrantes que se unen a esta plataforma global, la reunión, celebrada en la ciudad rusa de Kazán, busca promover un intercambio de ideas sobre los desafíos económicos y políticos que enfrentan naciones de diversas latitudes.
Durante su intervención, el presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó una contundente crítica hacia el comportamiento de las naciones desarrolladas, que, según él, han aumentado su carga de deuda y han recurrido a sanciones unilaterales y políticas proteccionistas: “Continúa el crecimiento crónico de la carga de la deuda en los países desarrollados y se extienden las políticas de sanciones unilaterales, proteccionismo y competencia desleal”, afirmó Putin, quien destacó cómo estas acciones han impactado negativamente a los países en desarrollo.
El mandatario también enfatizó que la inestabilidad económica global ha llevado a una fragmentación del comercio internacional, afectando sobre todo a las naciones más vulnerables: “El aumento de la inflación ha provocado la caída de los ingresos de los ciudadanos y de los beneficios empresariales en muchos países”, subrayó Putin al referirse al estancamiento de los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU.
A pesar de este sombrío panorama, el presidente ruso se mostró optimista acerca de las perspectivas de los BRICS, proyectando que para 2024, su participación en la economía mundial alcanzará un 36,7%, superando a los países del G7: “Las economías de los BRICS demuestran una resistencia suficiente gracias a las políticas macroeconómicas y monetarias responsables de nuestros gobiernos”, argumentó.
Entre las innovadoras propuestas discutidas, Putin sugirió la creación de una bolsa cerealista BRICS, destinada a establecer precios justos para productos agrícolas, lo que podría servir como herramienta para proteger los mercados nacionales de interferencias externas; así mismo, se presentó la idea de una nueva plataforma de inversión que podría potenciar las economías de los miembros del bloque.
En el ámbito tecnológico, Putin hizo un llamado a los líderes BRICS para que se sumen al código ético ruso en inteligencia artificial, con el objetivo de regular el uso de estas tecnologías, también planteó la necesidad de desarrollar un centro BRICS dedicado a políticas antimonopolio, defendiendo la competencia leal en un mercado cada vez más regulado.
Con más de 13 países interesados en adquirir la categoría de Estado socio dentro del grupo, los BRICS continúan expandiendo su influencia y buscan consolidarse como una alternativa viable frente a las economías más consolidadas; la cumbre de Kazán se perfila, por lo tanto, como un hito para el fortalecimiento de esta alianza, que espera contribuir a la estabilidad y crecimiento de sus naciones integrantes en un mundo incierto.
Con información de Nota de Prensa
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