Desde las áridas costas de Arica hasta los verdes paisajes de Los Lagos, Chile se cubrió hoy bajo un manto de oscuridad tras un apagón que dejó sin electricidad al 99% del país.
El colapso, ocurrido este martes en medio de una sofocante ola de calor, paralizó servicios esenciales, desató el caos en el transporte y puso a prueba la paciencia de millones de ciudadanos.
En la Región Metropolitana, el corazón del país latió con incertidumbre: el Metro de Santiago detuvo sus trenes, obligando a cientos de pasajeros a abandonar estaciones abarrotadas.
“No sabemos cuándo volverá la luz, solo queremos salir de aquí”, se quejó un usuario mientras personal de emergencia guiaba a la multitud hacia la superficie.
El corte, que abarcó casi todo el territorio nacional, tiene su origen en la desconexión de una línea de transmisión en el norte, según los primeros indicios.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, se apresuró a tranquilizar a la población y desmentir rumores de sabotaje. “Se trataría de una falla propia del funcionamiento del sistema”, aseguró en una breve declaración, al tiempo que pidió “evitar desplazamientos innecesarios” para facilitar las labores de recuperación.
Sin embargo, la ausencia de un pronunciamiento oficial de Enel, empresa encargada del suministro eléctrico, ha dejado a muchos sin respuestas claras.
Mientras tanto, en las oficinas de Senapred, el COGRID nacional se reúne de emergencia para contener una crisis que ha transformado calles, hogares y ciudades en escenarios de desconcierto.
Con el calor apretando y la electricidad ausente, Chile enfrenta una jornada que pone a prueba su resiliencia ante lo imprevisto.
Con información de Nota de Prensa
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