11 de mayo de 2025

El Vaticano se prepara para elegir al nuevo Papa tras la muerte de Francisco

La Iglesia Católica enfrenta un momento trascendental tras el fallecimiento del Papa Francisco este lunes, apenas un día después del Domingo de Resurrección; con el luto aún fresco, el Vaticano activa los engranajes de un milenario protocolo para seleccionar al próximo líder de los más de 1.300 millones de católicos en el mundo: el cónclave.

El padre venezolano Numa Molina, una voz respetada en el clero nacional, explicó los pasos que marcarán este proceso: “El colegio cardenalicio es el que tiene, según el derecho canónico, la misión de elegir entre el colegio de cardenales a un nuevo papa”, precisó el sacerdote.

Este grupo, compuesto por cardenales menores de 80 años, se reunirá en la Capilla Sixtina, bajo la imponente obra de Miguel Ángel, para deliberar en absoluta privacidad.

El término cónclave, derivado del latín cum clavis (“con llave”), refleja la naturaleza hermética de este encuentro; los cardenales, alojados en la Casa Santa Marta, cerca de la Basílica de San Pedro, permanecerán aislados del mundo, sin acceso a prensa ni influencias externas: “Allí deliberan, quién sabe si tres días, puede ser una semana hasta que haya lo que conocemos como humo blanco que es la elección de un nuevo papa”, señaló Molina.

El proceso, cargado de simbolismo, inicia con una procesión desde la Basílica hasta la Capilla Sixtina, entonando letanías, una vez dentro, la puerta se cierra “con llave” y comienza la votación; para que un candidato sea elegido, debe obtener dos tercios de los votos.

Si no hay consenso, las papeletas se queman, emitiendo un humo negro visible desde la Plaza de San Pedro; solo cuando se alcance la mayoría requerida, la chimenea expulsará la esperada fumata blanca, anunciando al mundo la elección del nuevo pontífice.

El cardenal Giovanni Battista Re, actual Rector del Colegio Cardenalicio, será el encargado de convocar esta reunión, aunque no participará por superar los 90 años; una vez elegido, el nuevo papa deberá aceptar el cargo y elegir su nombre pontificio, recibiendo luego el Anillo del Pescador, símbolo de su autoridad.

Molina, con un tono esperanzado pero crítico, subrayó la importancia de que el proceso sea guiado por la fe: “Que Dios ilumine de verdad y el Espíritu Santo sea el que se meta allí y que lo dejen actuar, que no sea solamente el capricho de los hombres, porque corremos peligro de volver a una iglesia conservadora y tradicionalista que no es justamente la que va a responder en este momento al mundo”, sentenció.

Mientras el Vaticano y los fieles aguardan la fumata blanca, el mundo católico reflexiona sobre el legado de Francisco y el rumbo que tomará la Iglesia bajo su sucesor.

Con información de Nota de Prensa

Foto Cortesía

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