Este miércoles 7 de mayo, la Capilla Sixtina del Vaticano se convertirá en el epicentro de la Iglesia Católica con la celebración del cónclave para elegir al nuevo Pontífice, un total de 133 cardenales electores, provenientes de diversos rincones del planeta, participarán en este histórico proceso para designar al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Según informan medios de comunicación, aunque los nombres de los posibles candidatos circulan en los ambientes romanos, la Santa Sede mantiene un estricto hermetismo al respecto, la composición del colegio cardenalicio refleja el esfuerzo del Papa Francisco por «descentralizar» la Iglesia, otorgando una mayor representación a cardenales no europeos. Inicialmente se esperaba la participación de 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto, pero las ausencias por motivos de salud del español Antonio Cañizares y del keniano John Njue redujeron el número de electores.
El proceso del cónclave se desarrollará bajo un juramento de secreto absoluto, con la amenaza de excomunión para aquellos purpurados que revelen cualquier detalle de lo que acontezca dentro de la Capilla Sixtina. La jornada comenzará a las 10:00 hora local (8:00 GMT) en la basílica de San Pedro con la misa «Pro Eligendo Pontefice».
Posteriormente, a las 16:15 (14:15 GMT), los cardenales se reunirán en la Capilla Paulina y, ataviados con sus vestimentas litúrgicas, se dirigirán en procesión hacia la Capilla Sixtina entonando letanías y el «Veni Creator». La entrada al recinto está prevista para las 16:30 horas (14:30 GMT), donde cada cardenal prestará juramento sobre el Evangelio.
Una vez completado el juramento, el maestro de ceremonias litúrgicas, Diego Ravelli, pronunciará la tradicional fórmula en latín «Extra omnes» (fuera todos), ordenando la salida de toda persona ajena al cónclave y cerrando las puertas de la Capilla Sixtina. A partir de ese momento, los cardenales quedarán aislados para iniciar las votaciones.
La expectativa se centrará en la primera «fumata» que emanará de la chimenea de la Capilla Sixtina esa misma tarde. El humo negro indicará que no se ha alcanzado un acuerdo, mientras que el humo blanco anunciará al mundo la elección del nuevo Papa.
La normativa vaticana establece hasta cuatro votaciones diarias, y en caso de no alcanzarse la mayoría de dos tercios (90 votos), se prevé una jornada de reflexión tras tres días de escrutinio. La «fumata» blanca marcará el fin del periodo de «sede vacante» y dará paso a la presentación del nuevo Pontífice desde el balcón central de la basílica de San Pedro.
En los días previos al cónclave, los cardenales han mantenido diversas reuniones, conocidas como congregaciones, para discutir los desafíos que enfrenta la Iglesia y discernir el perfil del próximo líder. Entre los nombres que suenan con mayor insistencia en los círculos vaticanos se encuentran el secretario de Estado, Pietro Parolin, así como los italianos Matteo Zuppi y Pierbattista Pizzaballa, el filipino Luis Antonio Tagle y el estadounidense Robert Francis Prevost.
La elección de un nuevo Papa representa un momento de profunda trascendencia para la Iglesia Católica, manteniendo un protocolo ancestral que aísla a los cardenales electores en la Capilla Sixtina hasta la designación del nuevo líder espiritual de millones de fieles en todo el mundo. Este será el undécimo cónclave celebrado desde el inicio del siglo XX.
Con información de Nota de Prensa
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