La presencia de dos buques de guerra chinos en el Golfo de Omán ha encendido las alarmas en una región ya convulsionada por las tensiones entre Irán e Israel.
Según reportó el medio From Iran a través de la red social X, citando un análisis del think tank estadounidense Atlantic Council, las embarcaciones pertenecen a la Armada del Ejército Popular de Liberación de China y han ingresado a esta estratégica zona marítima.
El despliegue naval chino, que incluye un buque equipado con inteligencia de señales electrónicas, podría interpretarse como un movimiento para reforzar la influencia de Pekín en el escenario global o como un esfuerzo por vigilar de cerca las dinámicas en una de las rutas marítimas más críticas del planeta.
Según el informe, «este tipo de embarcación está diseñada para la intercepción y análisis de señales electromagnéticas, tanto de comunicaciones militares como de señales no comunicativas para obtener información de inteligencia».
El Golfo de Omán, conocido por ser un corredor vital para el comercio y la energía global, es una arteria clave por donde transita «el 20 % del crudo mundial, con destino a varios países de Asia»; la llegada de estas embarcaciones agrega un nuevo factor de incertidumbre en un área ya marcada por la rivalidad entre Teherán y Tel Aviv, lo que podría complicar aún más la estabilidad regional.
Analistas internacionales advierten que la presencia china en estas aguas, lejos de ser casual, refleja el creciente interés de la potencia asiática en proyectar su poderío naval en puntos estratégicos del globo.
Por ahora, no se han reportado incidentes relacionados con los buques, pero la comunidad internacional sigue atenta a los movimientos en esta zona de alta sensibilidad geopolítica.
Con información de Nota de Prensa
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