Un reciente estudio científico pone en el centro de la lucha contra el cambio climático a los bosques secundarios de entre 20 y 40 años, los cuales, según la investigación, tienen la capacidad de capturar hasta ocho veces más dióxido de carbono (CO2) por hectárea que los bosques recién plantados.
Este hallazgo resalta la importancia de proteger y fomentar la regeneración natural de estos ecosistemas como una estrategia efectiva y económica para mitigar el calentamiento global.
La investigación, que analizó el potencial de captura de carbono en bosques de distintas edades y ubicaciones, reveló que “las tasas máximas de remoción de carbono ocurren típicamente cuando los bosques tienen entre 20 y 40 años”.
Durante esta etapa, conocida como la “ventana óptima”, los bosques secundarios —aquellos que crecen de forma natural tras eventos como incendios o deforestación— logran absorber hasta ocho veces más CO2 que los árboles recién plantados, marcando una diferencia significativa en su aporte al equilibrio climático.
El estudio también destacó que la capacidad de absorción de carbono varía hasta 200 veces según la ubicación geográfica y la edad de los bosques, lo que subraya la necesidad de estrategias adaptadas a cada región.
En este contexto, la regeneración natural de bosques se posiciona como una solución más eficiente y de bajo costo frente a los esfuerzos de reforestación masiva, que suelen enfocarse en la siembra de nuevos árboles.
Estos hallazgos invitan a Venezuela, un país con vastas áreas boscosas, a priorizar la conservación de sus bosques secundarios jóvenes como parte de sus políticas ambientales; proteger estos ecosistemas no solo contribuirá a la captura de carbono, sino que también fortalecerá la biodiversidad y los servicios ambientales que benefician a las comunidades locales.
Con información de Nota de Prensa
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