La noche del domingo, el norte de Afganistán experimentó un significativo terremoto de magnitud 6,3, según el reporte del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), lo que ha aumentado la preocupación en la nación, que ya es altamente vulnerable a estos fenómenos.
Este sismo ocurrió apenas dos meses después de otro evento mortífero en el este del país, el epicentro se ubicó en Kholm, cerca de la relevante ciudad de Mazar-e-Sharif en la provincia de Balkh, y su impacto se vio intensificado por su escasa profundidad de solo diez kilómetros, las sacudidas se sintieron con fuerza incluso en la capital, Kabul.
La propensión sísmica de Afganistán se debe a su ubicación en la cordillera del Hindu Kush, próxima a la unión de las placas tectónicas euroasiática e india, este nuevo temblor recuerda la catástrofe de finales de agosto, cuando un sismo de magnitud 6 devastó las provincias orientales, causando la muerte de más de 2.200 personas y siendo el más letal en la historia reciente de la nación.
El actual gobierno talibán, se ha visto obligado a gestionar múltiples desastres sísmicos, incluyendo el de 2023 en la región de Herat, fronteriza con Irán, que dejó más de 1.500 muertos y la destrucción de más de 63.000 viviendas, lo que subraya la crítica necesidad de infraestructura sismorresistente.
Con información de Nota de Prensa
Foto Cortesía
