En las vísperas de la Navidad, el Papa León XIV aprovechó su estancia en la residencia de Castel Gandolfo para dirigir un mensaje urgente a la comunidad internacional, solicitando un alto al fuego simbólico de veinticuatro horas que permita al mundo experimentar una jornada de paz absoluta en honor al nacimiento del Salvador.
Durante un cálido encuentro con los habitantes del municipio y la prensa local tras salir de Villa Barberini, el Pontífice manifestó su profunda preocupación por la persistencia de la violencia global, haciendo especial énfasis en el conflicto de Ucrania y la precaria situación humanitaria en Gaza.
Sobre este último punto, destacó la labor del cardenal Pierbattista Pizzaballa y el esfuerzo de la parroquia de la Sagrada Familia por celebrar las festividades en condiciones adversas, expresando su esperanza en que los diálogos diplomáticos logren aliviar el sufrimiento en la región.
No obstante, la intervención del Santo Padre también abordó tensiones éticas en su tierra natal, Illinois, donde lamentó profundamente la reciente legalización del suicidio asistido por parte del gobernador JB Pritzker.
El Papa reveló que ya había conversado previamente con el mandatario sobre la importancia de salvaguardar la vida, por lo que manifestó su decepción ante una medida que, a su juicio, vulnera la protección del ser humano.
En un cierre cargado de simbolismo, León XIV instó tanto a líderes como a ciudadanos a reflexionar sobre el valor sagrado de la existencia, reafirmando la necesidad de defender la dignidad de las personas en todas sus etapas, desde la concepción hasta su desenlace natural.
Con información de Nota de Prensa
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