Bajo la calidez de las tradiciones decembrinas, el Palacio de Miraflores se convirtió en un espacio de encuentro espiritual durante una cena navideña presidida por el mandatario Nicolás Maduro y la primera combatiente Cilia Flores.
En este evento, que congregó a diversos sectores del pueblo en la emblemática Casa de Misia Jacinta, la fe fue el eje central a través de plegarias por la armonía y el bienestar de todas las familias venezolanas.
La jornada contó con la participación del padre Numa Molina, quien desde la doctrina católica abogó por la justicia social y el amparo de los más vulnerables, invocando la protección de la Sagrada Familia para que el sustento y la guía espiritual no falten en los hogares.
En sintonía con este sentimiento, el pastor evangélico Dan Suárez ofreció una reflexión bíblica sobre la resiliencia, comparando los desafíos históricos con la victoria del bien y declarando a la nación bajo la protección de Jesucristo en un mensaje de bendición directa a las instituciones y al país.
Finalmente, el presidente Maduro agradeció estas muestras de fe, reafirmando su compromiso con un futuro de estabilidad y prosperidad, y despidió el encuentro con un deseo de felicidad para todo el país, consolidando al palacio presidencial como un punto de unión para la espiritualidad colectiva en esta época de natividad.
Con información de Nota de Prensa
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