Una señal de alerta resuena desde los Alpes suizos: los glaciares, guardianes milenarios de hielo, están desapareciendo a un ritmo alarmante; según el servicio suizo de vigilancia de glaciares (GLAMOS), la nieve y el hielo acumulados durante el invierno se han derretido semanas antes de lo habitual, alcanzando el crítico “Día de la Pérdida de Glaciares” en julio, cuando lo normal era que ocurriera en agosto.
Este fenómeno, impulsado por el cambio climático, pone en jaque a los 1.400 glaciares suizos, esenciales para el equilibrio climático y el suministro de agua dulce.
El jefe de GLAMOS, Matthias Huss, expresó su preocupación en la red social X: “Se ha alcanzado el Día de la Pérdida de Glaciares en Suiza. Es como si los glaciares dijeran: ‘Desaparecemos, ayúdennos’. Para un glaciar en buen estado, este día debería llegar a finales de septiembre, en octubre o nunca”.
El científico señaló que las escasas nevadas del invierno, combinadas con un junio excepcionalmente cálido –el segundo más caluroso registrado–, han acelerado el deshielo, dejando a estos gigantes de hielo en una situación crítica.
Un retroceso sin precedentes
El 2022 marcó un precedente al alcanzar este umbral el 26 de junio, un año considerado excepcional. Sin embargo, que el fenómeno se repita tan pronto en 2025 no estaba en los cálculos: “Esperamos importantes pérdidas de hielo debido a la prolongación de la temporada de deshielo”, advirtió Huss, calificando el evento como “un nuevo grito de socorro” de la naturaleza.
Los glaciares suizos, que comenzaron a retroceder hace 170 años, han visto su declive intensificarse en las últimas décadas. Estos colosos helados no solo regulan el clima, sino que son vitales para el abastecimiento de agua dulce a nivel global.
Su desaparición acelerada enciende las alarmas sobre las consecuencias del calentamiento global, un desafío que exige acción urgente para proteger el futuro del planeta.
Con información de Nota de Prensa
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