Esta semana expertos explicaron en un seminario web los métodos para controlar el vector de la enfermedad del chikungunya en la región de las Américas que supera los 210.000 en los primeros meses de 2023.
En este sentido, analizaron los factores que facilitan su propagación y el apoyo a los países para hacer frente a un número creciente de casos.
A pesar que la tasa de mortalidad de la enfermedad es baja, algunos pacientes experimentan un dolor debilitante que puede durar hasta 6 meses, afectando la capacidad de la persona para moverse, trabajar y cuidar de sí misma o de los demás. El nombre «chikungunya» procede de la lengua africana makonde y significa «doblado por el dolor».
Cabe recordar que el chikungunya es una enfermedad que se transmite a través de la picadura de qmosquitos hembra del género Aedes infectados con el virus del chikungunya. El síntoma más común es una aparición brusca de fiebre, a menudo acompañada de dolor articular que suele durar 2 semanas.
La enfermedad se ha detectado en cerca de 115 países, con brotes estacionales o esporádicos hasta ahora. No obstante, en 2023 se registró un aumento de la circulación de chikungunya en 5 países de las Américas, superando ampliamente las cifras del mismo periodo de años anteriores.
Para entrar en más detalles, en el primer cuatrimestre de 2023 se detectó un aumento de la circulación de chikungunya en la región, con más de 214.000 casos notificados.
Asimismo, la asesora en Vigilancia y Control de Enfermedades Arbovirales de la OPS/OMS, Thais dos Santos, expresó durante el seminario que «lo que vemos este año son cambios en la magnitud y el momento. La epidemia es mucho más temprana y con más casos que en los últimos años».
Por otro lado, la nación de Paraguay es la más afectada que «registró la peor epidemia de su historia, con 138.730 casos», añadió Dos Santos.
Además, Argentina y Uruguay también notificaron transmisión local por primera vez en 2023, y Bolivia registró altos niveles de transmisión tanto de chikungunya (1.150 casos) como de dengue (116.224 casos), enfermedad transmitida por el mismo mosquito.
El cambio climático empeora la situación
El cambio climático es uno de los factores que contribuyen a la propagación y transmisión del chikungunya. Las temperaturas inusualmente altas, la previsión o el aumento de las lluvias y la consiguiente humedad han hecho que el mosquito Aedes esté presente en zonas donde antes no podía sobrevivir. «Los largos periodos de calor en el sur de las Américas han permitido al mosquito desarrollarse bien en lugares donde antes no lo hacía», resaltó Dos Santos.
Ante la alarmante situación en las Américas, la OPS puso en marcha estrategias innovadoras para la vigilancia en conjunto entre los países usando espacios virtuales compartidos para apoyar el análisis automatizado y la visualización de los datos de casos, y está trabajando en una herramienta de gestión integrada de vectores para ayudar a las naciones a mapear las zonas de riesgo de circulación de vectores para asesorar intervenciones rápidas.
Con información de OPS