En una decisión histórica, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil resolvió este miércoles, por unanimidad, dar inicio a un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro y siete figuras clave de su entorno, acusados de orquestar un golpe de Estado para derrocar al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
Entre los implicados destacan militares de alto rango y exministros, quienes enfrentan cargos que podrían llevarlos tras las rejas por hasta 40 años.
La Fiscalía brasileña presentó una contundente denuncia que señala a los acusados de cometer delitos como “abolición violenta del Estado democrático de derecho e intento de golpe de Estado”, además de “implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio”.
Según las investigaciones, el complot incluía la redacción de un decreto para instaurar un supuesto “estado de defensa” y, más alarmante aún, planes para asesinar a Lula y al juez del STF Alexandre de Moraes.
El caso también conecta a Bolsonaro con los violentos eventos del 8 de enero de 2023, cuando cientos de sus simpatizantes irrumpieron en las sedes del Congreso, el Palacio Presidencial y el propio STF en Brasilia, en un intento de desestabilizar el orden democrático tras su derrota electoral.
Aunque el expresidente estuvo presente el martes durante el arranque de las deliberaciones, este miércoles optó por no asistir a la sala del STF, donde se selló su destino judicial.
La apertura de este proceso marca un punto de inflexión en la polarizada escena política brasileña, con Bolsonaro en el centro de un escándalo que podría redefinir su legado y el futuro de sus aliados.
Las autoridades ahora avanzan en una batalla legal que promete mantener al país en vilo.
Con información de Nota de Prensa
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