El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se desplomó un 7,2% este lunes, cerrando en 68,51 dólares el barril, tras un ataque iraní a la base estadounidense de Al Udeid en Qatar, la más grande de Estados Unidos en Oriente Medio.
La acción, descrita como una represalia por el reciente bombardeo de Washington a instalaciones nucleares iraníes, generó una sacudida en los mercados energéticos, según reportes desde la Bolsa Mercantil de Nueva York.
El WTI, referente clave para el crudo venezolano, perdió 5,33 dólares respecto al cierre anterior, mientras que el Brent, cotizado en Londres, también retrocedió hasta los 71,75 dólares por barril; aunque inicialmente los precios subieron por el temor a una escalada en el conflicto, la confirmación del Pentágono de que el ataque a Al Udeid no dejó víctimas –gracias a la evacuación previa de unos 10.000 soldados– calmó los mercados, abriendo la puerta a una posible desescalada.
La tensión en la región, sin embargo, sigue latente. El Parlamento iraní exigió el cierre del Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del crudo mundial, una medida que aún debe ser aprobada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán.
Esta amenaza encendió alertas globales, con China pidiéndole a Teherán evitar impactos en la economía mundial. Por su parte, el Presidente Donald Trump instó a mantener los precios del petróleo bajos y desestimó las advertencias iraníes, declarando que “no ceder a las advertencias de Irán sobre el cierre del estrecho”.
Analistas advierten que una interrupción en el Estrecho de Ormuz podría disparar los precios del crudo, afectando economías dependientes como la venezolana, mientras tanto, en el país, el sector petrolero observa con preocupación el impacto de estas tensiones en los mercados internacionales, que podrían complicar aún más la comercialización de crudo en un contexto de sanciones y desafíos internos.
Con información de Nota de Prensa
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