Tras años de un distanciamiento marcado por el dolor y la ausencia, Britney Spears dio un paso crucial hacia la reconstrucción de su núcleo familiar al pasar la Navidad en Los Ángeles junto a su hijo menor, Jayden James.
Mientras el joven de 19 años eligió reencontrarse con su madre para estas fechas, su hermano mayor, Sean Preston, optó por celebrar en Luisiana con la familia de su tía Jamie Lynn.
Este acercamiento representa un momento de profunda alegría para la artista, quien ha denunciado públicamente la angustia de haber visto a sus hijos apenas un puñado de veces en el último lustro, responsabilizando en gran medida a su exesposo, Kevin Federline, de esta separación.
Por su parte, Federline ha manifestado recientemente su apoyo a este restablecimiento del vínculo, asegurando que sus hijos mantienen un amor intacto por su madre y que su intención, plasmada incluso en su nuevo libro de memorias, es facilitar la sanación de estas complejas relaciones ahora que ambos jóvenes han alcanzado la mayoría de edad.
Con información de Nota de Prensa
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