La reciente operación militar de India contra Pakistán ha encendido las alarmas en China, que este miércoles expresó su profunda preocupación por la escalada de tensiones entre las dos potencias nucleares del sur de Asia.
En un tono firme, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, calificó de “lamentable” el recrudecimiento del conflicto y urgió a ambas naciones a priorizar el diálogo para evitar un colapso de la estabilidad regional.
“India y Pakistán son vecinos permanentes, tanto entre sí como de China. Esperamos que mantengan la calma, actúen con responsabilidad y resuelvan sus diferencias a través de medios pacíficos”, manifestó Lin durante una rueda de prensa en Beijing.
El portavoz hizo un llamado a la prudencia, subrayando que acciones unilaterales podrían agravar una situación ya delicada.
El conflicto, desatado por un ataque aéreo indio contra objetivos en territorio pakistaní, ha generado una ola de reacciones: Pakistán, por su parte, condenó la ofensiva como una “flagrante violación de su soberanía” y advirtió que se reserva el derecho a responder “en legítima defensa” bajo el artículo 51 de la Carta de la ONU.
El Comité de Seguridad Nacional de Islamabad denunció que los bombardeos, dirigidos supuestamente contra campamentos terroristas, dejaron víctimas civiles, incluyendo “hombres, mujeres y niños inocentes”, y causaron daños a infraestructuras como mezquitas.
“El acto de agresión de India también causó un grave peligro para las líneas aéreas comerciales pertenecientes a países hermanos del golfo, poniendo en riesgo la vida de miles de pasajeros”, añadió el comunicado oficial.
India, en cambio, defendió su operación como una acción “de precisión” contra nueve blancos en Pakistán y la región de Cachemira bajo su control, asegurando haber eliminado a “70 terroristas”; sin embargo, desde Islamabad reportan al menos ocho muertos, 35 heridos y dos desaparecidos, todos civiles, según medios locales.
Ante este panorama, China instó a sus ciudadanos e instituciones en ambos países a extremar precauciones, evitar zonas de riesgo y mantenerse en contacto con embajadas y consulados. Beijing, además, se ofreció como mediador: “Continuaremos promoviendo esfuerzos por la paz, en coordinación con la comunidad internacional”, prometió Lin, reafirmando su disposición a mediar para facilitar el diálogo entre las partes.
El intercambio de acusaciones entre Nueva Delhi e Islamabad ha reavivado temores de una escalada mayor: “El conflicto entre India y Pakistán ha vuelto a encender un infierno en la región”, advirtió Pakistán, responsabilizando a India por las consecuencias.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela, consciente de que la paz en el sur de Asia pende de un hilo.
Con información de Nota de Prensa
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