En un esfuerzo por frenar el avance de los desiertos, China ha desplegado un arsenal de innovaciones tecnológicas que combinan Inteligencia Artificial y biotecnología para proteger sus suelos y ecosistemas.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el gigante asiático destacó su compromiso con soluciones avanzadas para contrarrestar este fenómeno que lo posiciona como uno de los países más afectados por la desertificación a nivel global.
Según un informe oficial, China ha implementado estrategias que sustituyen el trabajo manual por tecnologías de punta, logrando resultados impresionantes: “Sin embargo, hemos logrado avances significativos para detener la expansión del desierto mediante una campaña de reforestación que se ejecutan durante décadas”, afirmaron las autoridades chinas.
Uno de los ejemplos más destacados es la línea ferroviaria Lanzhou-Baotou, la cuarta más extensa del país, que desde su construcción en 1958 ha permanecido libre de la invasión de arena del desierto de Tengger, gracias a la formación de biocostras que promueven la estabilidad del suelo.
El Instituto Noroeste de Ecoambiente y Recursos de la Academia China de Ciencias reveló que el uso de cianobacterias ha sido clave en este logro; estas innovaciones han permitido reducir drásticamente el tiempo necesario para formar costras biológicas en el suelo, pasando de una década a apenas un año.
“Los resultados alcanzados obedecen a la aplicación de cianobacterias, que, debido a su tecnología, acortan el lapso de formación de costras biológicas en el suelo de 10 años a solamente uno”, detalló el organismo.
Este enfoque, que combina Inteligencia Artificial para monitorear y gestionar las intervenciones con biotecnología para restaurar suelos, posiciona a China como un referente en la lucha contra la desertificación, ofreciendo un modelo que podría inspirar a otras naciones afectadas por este desafío ambiental.
Con información de Nota de Prensa
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