9 de mayo de 2025

China se afianza como socio clave de Venezuela ante el retorno de las sanciones petroleras de EE.UU.

La vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos de Venezuela, Delcy Rodríguez, concluyó una visita oficial a Beijing que subraya la creciente alianza estratégica entre ambas naciones en un contexto global marcado por la competencia geopolítica entre Estados Unidos y China.

La visita se produjo en un momento crucial, con Washington reimponiendo sanciones petroleras con el objetivo de aislar al gobierno de Nicolás Maduro. En este escenario, Beijing ha reafirmado su respaldo a Venezuela, evidenciando una clara apuesta por consolidar su influencia en América Latina y el Caribe, asegurar su acceso a recursos energéticos y desafiar la hegemonía estadounidense en la región.

Durante su estadía, Delcy Rodríguez enfatizó la «complementariedad» como pilar de una relación bilateral «a toda prueba y a todo tiempo», presentando propuestas concretas del presidente Maduro para intensificar la cooperación con la potencia asiática.

La relación energética es un componente central de esta alianza, China, particularmente a través de sus refinerías independientes, se ha convertido en un importante comprador de crudo venezolano, especialmente tras las sanciones impuestas por Estados Unidos. Datos recientes indican un aumento significativo en las exportaciones de petróleo venezolano a China, alcanzando los 500.000 barriles diarios en febrero de 2025.

Además del petróleo, China es el principal acreedor de Venezuela, con una deuda estimada en 65 mil millones de dólares. Esta situación podría facilitar acuerdos de pago con crudo y la posible consolidación de una Zona Económica Especial (ZEE) con capital chino en territorio venezolano, a pesar de los desafíos de infraestructura y servicios públicos existentes.

Las visitas de gobernadores de estados clave con salida al Caribe – China en 2024 evidencian el interés mutuo en desarrollar plataformas de cooperación productiva a través de Zonas Económicas Especiales. Venezuela podría convertirse en un punto estratégico de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el Caribe, fortaleciendo la presencia china en una región históricamente influenciada por Estados Unidos.

Un aspecto menos visible pero estratégico de la relación es la cooperación espacial. Desde el lanzamiento del Venesat-1 en 2008, Venezuela ha dependido de la tecnología satelital china para avanzar en telecomunicaciones y monitoreo. Esta colaboración se ha extendido a otros satélites y a la construcción de infraestructura espacial con asistencia china.

El reciente anuncio del próximo lanzamiento del satélite Guaicaipuro, con participación china, subraya la continuidad de esta cooperación. El presidente Maduro ha contrastado esta alianza con alternativas tecnológicas de países que considera adversarios, posicionando la colaboración con China como prioritaria en el contexto de la creciente confrontación con Estados Unidos.

Venezuela incluso ha sido invitada a participar en la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), liderada por China y Rusia, lo que evidencia la proyección estratégica de esta relación más allá de la Tierra.

La ubicación geográfica de Venezuela, cercana al Ecuador terrestre y con acceso a corredores oceánicos, la convierte en un territorio potencialmente valioso para actividades espaciales. Esta ventaja comparativa, similar a la del Centro Espacial de Guayana, podría atraer a países y empresas que buscan reducir costos de lanzamiento y diversificar sus opciones en un contexto de creciente militarización del espacio.

A pesar de los desafíos económicos y de infraestructura, el potencial de Venezuela como socio logístico para operaciones espaciales regionales, especialmente en el lanzamiento de pequeños satélites, no debe ser ignorado, particularmente en un escenario de creciente competencia espacial entre Estados Unidos y China.

En el marco de la rivalidad sistémica entre China y Estados Unidos, Venezuela se posiciona como una pieza clave en la nueva arquitectura global. La alianza con China no solo proporciona un respiro económico al gobierno de Maduro, sino que también representa un desafío al unilateralismo estadounidense y un paso hacia un orden mundial multipolar, con implicaciones que abarcan desde la energía hasta la exploración del espacio. Estos temas seguramente fueron centrales en la reciente visita de Delcy Rodríguez a Beijing.

Con información de Nota de Prensa

Foto Cortesía

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