En un giro inesperado, un estudio de Morning Consult desnudó una realidad alarmante: cada vez más adultos en Estados Unidos, una de las potencias económicas más ricas del planeta, enfrentan el flagelo del hambre.
La revelación, destacada por el medio Axios, sacude las bases de una nación que presume de prosperidad, justo cuando el mercado de valores alcanza picos históricos y el presidente Donald Trump firma un proyecto de ley que recorta los beneficios alimentarios.
John Leer, economista jefe de Morning Consult, calificó este fenómeno como “un descarrilamiento a paso lento”. “Existe una gran desconexión entre los máximos históricos de Wall Street y los elevados niveles de inseguridad alimentaria”, subrayó, señalando un abismo entre las élites financieras y las necesidades básicas de la población.
Según el estudio, la proporción de adultos que reportan no tener suficiente para comer ha escalado alarmantemente, pasando de un 7,8% en 2021 a un 15,6% en mayo de este año.
El repunte coincide con la retirada de apoyos gubernamentales clave; tras el fortalecimiento del programa SNAP y la ampliación del Crédito Tributario por Hijos en 2021, que aliviaron la pobreza y mejoraron el acceso a alimentos, el Congreso dio un giro en 2022.
Desde entonces, la demanda en bancos de alimentos, como el Programa Share Food en Filadelfia, se disparó un 120% en tres años. George Matysik, director ejecutivo de esta red, confesó que “tan pronto como el apoyo del gobierno se retiró en 2022, comenzamos a ver que las cifras aumentaban”.
La situación se agrava con la reciente aprobación de un recorte masivo a SNAP, bautizado por la Casa Blanca como el “gran y hermoso proyecto de ley”; esta medida presiona a los estados a aportar más fondos, endurece requisitos laborales —elevando la edad exenta de trabajo de 54 a 64 años y reduciendo exenciones para padres— y promete empeorar el acceso a alimentos.
“Probablemente empeorará mucho la situación”, advierte Matysik, mientras los bancos de alimentos luchan contra recortes presupuestarios y el alza en los precios.
Con los estadounidenses cada vez más dependientes de estas redes de apoyo y menos recursos en sus bolsillos, el futuro pinta sombrío; expertos prevén que esta crisis alimentaria se profundice en los próximos años, dejando al descubierto las grietas de un sistema que celebra récords económicos mientras millones pasan hambre.
Con información de Nota de Prensa
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