Japón enfrenta una crisis severa tras el impacto del tifón Shanshan, que ha dejado un saldo trágico de al menos tres vidas perdidas y un incremento alarmante en el número de heridos, que ha alcanzado las 74 personas, a medida que las intensas lluvias y los fuertes vientos continúan azotando el sur del país.
Desde la primera hora de la mañana del jueves, la tormenta llegó a Satsumasendai, en la región de Kyushu, trayendo consigo vientos que superaron los 144 km/h (89 mph) y que, en su punto álgido, alcanzaron ráfagas de hasta 252 km/h, clasificándolo como un tifón de categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson; la Agencia Meteorológica de Japón advirtió sobre la posibilidad de recibir hasta 60 centímetros de lluvia en menos de 24 horas, provocando el desbordamiento de ríos y creación de caudales peligrosos.
La devastación ya se ha hecho sentir con deslizamientos de tierra que sepultaron casas en Gamagori, donde se confirmó la muerte de una familia de tres integrantes, además, un fuerte viento en la isla de Amami derribó a un motociclista, evidenciando el peligro constante que presenta esta feroz tormenta; en total, se reportan 59 personas heridas en el área de Kyushu y la desaparición de un hombre en el sur de la isla.
Las autoridades instaron a los residentes de las zonas afectadas, especialmente a los ancianos, a llevar a cabo evacuaciones inmediatas y buscar refugio en centros comunitarios y otros espacios públicos; el gobierno, a través del ministro de Manejo de Desastres, Yoshifumi Matsumura, señaló que las condiciones climatológicas podrían empeorar, y que se podría enfrentar “niveles sin precedentes” de vientos y lluvias, así como una potencial marejada ciclónica.
Las interrupciones de transporte han sido drásticas, con cientos de vuelos nacionales suspendidos y la paralización del servicio del tren bala en la región, augurando un impacto económico considerable.
Gigantes de la industria automotriz, como Toyota, Nissan y Honda, han cesado operaciones en sus fábricas en respuesta a la crisis, mientras que más de 1,000 vuelos han sido cancelados, afectando a más de 44,000 pasajeros.
Los expertos advierten que la frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos podría estar exacerbada por el cambio climático, lo que plantea un desafío creciente para la región; la situación en Japón es grave y se mantiene en monitorización continua mientras la tormenta continúa su rumbo hacia el norte, la población y las autoridades deben estar en “máxima vigilancia” ante el riesgo de más daños y pérdidas en esta muy afectada nación.
Con información de Nota de Prensa
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