En un emotivo encuentro con los jóvenes de Acción Católica previo a la Nochebuena, el Papa Francisco ofreció una profunda reflexión sobre el verdadero sentido de la paz, definiéndola no como la simple falta de conflictos bélicos, sino como una amistad genuina entre los pueblos sustentada en la justicia.
El pontífice subrayó que la concordia global tiene su raíz en los gestos cotidianos y en el respeto que manifestamos en nuestros entornos más cercanos, como el hogar, la escuela o los espacios deportivos.
Bajo esta premisa, exhortó a los presentes a realizar un obsequio más valioso que cualquier objeto material: identificar a una persona con la que se esté distanciado y buscar la reconciliación.
Según el Papa, este acto nace del corazón y convierte a quien lo realiza en un auténtico testigo de Jesús, recordándoles que la libertad y la felicidad plenas se alcanzan al seguir los pasos de Cristo y al ponerse al servicio de los más necesitados.
Finalmente, los invitó a ser como ángeles que proclaman la gloria de Dios, asumiendo el compromiso cristiano de superarse cada día para construir un mundo más humano.
Con información de Nota de Prensa
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