Este lunes, la ciudad de Bogotá se despidió de Nydia Quintero, ex primera dama de Colombia, quien dejó este mundo a los 93 años.
Su partida, ocurrida en la Fundación Santa Fe, ha conmovido a la nación, que la recuerda como un símbolo de compromiso social y entrega a los más vulnerables.
La noticia fue confirmada por su familia a través de las redes sociales, en un emotivo mensaje compartido por su nieta, María Carolina Uribe, hermana del senador Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico tras el atentado sufrido el pasado 7 de junio.
En un desgarrador mensaje, María Carolina expresó: “Mamita… vuela alto y en paz. Hoy el cielo recibe a una gigante: la dama de la solidaridad (…) dale un abrazo a mi mamá. Qué consuelo saber que ahora están juntas Diana y tú. Dos almas unidas, dos guardianas desde el cielo, intercediendo por el milagro de mi hermano Miguel. Intercede para que llegue pronto, completo, perfecto. Estamos esperando este milagro con la fe intacta”.
Nydia Quintero, conocida cariñosamente como “doña Nydia”, fue un faro de esperanza para Colombia durante y después de su tiempo como primera dama, al lado del expresidente Julio César Turbay (1978-1982).
Su legado perdura en la Fundación Solidaridad por Colombia, una organización que fundó para promover la educación infantil, apoyar a los adultos mayores y brindar ayuda a las familias más necesitadas del país. Su labor dejó una huella imborrable en miles de corazones.
La ex primera dama enfrentó también profundas pérdidas personales. Su hija, Diana Turbay Quintero, madre de María Carolina y Miguel Uribe, fue trágicamente asesinada en 1991 por el Cartel de Medellín tras un secuestro en 1990, un episodio que marcó al país.
En la Fundación Santa Fe, donde Nydia Quintero pasó sus últimos momentos, su nieto Miguel Uribe Turbay continúa luchando por su vida; la coincidencia de estos eventos ha generado una ola de solidaridad en Colombia, con mensajes de apoyo que inundan las redes sociales.
Doña Nydia, una mujer que dedicó su vida a tender puentes y aliviar el sufrimiento de otros, deja un vacío inmenso, pero también un ejemplo de fortaleza y compromiso que seguirá inspirando a las futuras generaciones.
Colombia la despide con gratitud y la certeza de que su espíritu de solidaridad vivirá por siempre.
Con información de Nota de Prensa
Foto Cortesía
