La Plaza de San Pedro ha estallado en júbilo esta tarde, pasadas las 18:00 horas, al surgir la esperada fumata blanca de la chimenea de la Capilla Sixtina. La señal inequívoca ha confirmado que el Cónclave ha llegado a su fin con la elección de un nuevo Papa para la Iglesia Católica.
La noticia pone fin al periodo de «sede vacante» que se inició tras el fallecimiento de Francisco. Tras once días de espera desde el inicio del periodo de luto oficial de nueve días, conocido como «novemdiales», los 133 cardenales electores se enclaustraron en el Palacio Apostólico el pasado miércoles por la tarde. Hoy, con el apoyo de al menos dos tercios de los purpurados, la Iglesia Católica tiene un nuevo líder espiritual.
El Cónclave, que tradicionalmente comienza entre 15 y 20 días después de la muerte de un Papa, se reunió en esta ocasión tras 11 días de la desaparición de Francisco. La fumata blanca de hoy marca el fin de este periodo de transición y la llegada de un nuevo Pontífice.
Antes del Cónclave, diversos nombres de cardenales resonaban como posibles sucesores. Entre ellos destacaban figuras del grupo italiano como Pietro Parolin, Pierbattista Pizzaballa y Matteo Zuppi. También se mencionaban posibles hitos históricos con los nombres del filipino Luis Antonio Tagle (primer Papa asiático), el congoleño Ambongo Besungu y el ghanés Peter Turkson. Otros cardenales con posibilidades según las apuestas incluían al húngaro Péter Erdő, el francés Jean-Marc Aveline, el sueco Lars Anders Arborelius y el estadounidense Robert Prevost.
En las próximas horas, se espera la presentación oficial del nuevo Papa al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro. La Iglesia Católica y sus fieles aguardan con expectativa conocer la identidad de quien guiará su futuro.
Con información de Nota de Prensa
Foto Cortesía