Un devastador incendio forestal desatado en Les Pennes-Mirabeau, al norte de Marsella, ha sumido a la segunda ciudad más poblada de Francia en una crisis sin precedentes.
Desde el lunes, las llamas, avivadas por un fuerte viento mistral, temperaturas que superan los 30 grados y una vegetación reseca por la reciente ola de calor, han consumido 700 hectáreas, obligando al cierre del aeropuerto local, la interrupción de trenes y el bloqueo de las autopistas A55 y A7.
El fuego, que comenzó tras el incendio de un vehículo, ha puesto en jaque a las autoridades, que luchan por contener su avance hacia las zonas urbanas de Marsella.
En el barrio de La Pelouque, 10 viviendas resultaron afectadas, desencadenando evacuaciones urgentes. Cientos de niños permanecen confinados en centros sociales y de ocio en el norte de la ciudad, mientras que la Prefectura de Provenza-Alpes-Costa Azul ha instado a los residentes de Les Pennes-Mirabeau a permanecer en sus hogares, enviando alertas por mensaje de texto.
“Se pide a los residentes del distrito 16 que permanezcan en sus casas hasta que se den instrucciones. El tráfico debe mantenerse lo más libre posible para permitir el trabajo de los servicios de emergencia”, comunicó el Ayuntamiento de Marsella a través de sus redes sociales.
Con el cielo cubierto por una densa humareda, cinco aviones cisterna y equipos de emergencia trabajan sin descanso para controlar las llamas, aunque las autoridades advierten sobre el riesgo de reavivamiento debido a los fuertes vientos.
Tres polideportivos municipales han sido habilitados como refugios para los evacuados, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de la población.
Este no es un caso aislado. La costa mediterránea francesa, en alerta desde el fin de semana por el riesgo de incendios, enfrenta otro foco activo en Narbona, donde unas 2.000 hectáreas han sido arrasadas y una decena de personas resultaron heridas.
Este incendio provocó el cierre temporal de la autopista A9, que conecta con España, aunque la vía fue reabierta este martes.
Mientras las llamas amenazan con dejar una huella imborrable en el sur de Francia, la prioridad de las autoridades es proteger a los ciudadanos y evitar que el fuego alcance más áreas urbanas, en un verano que se perfila como uno de los más desafiantes para la región.
Con información de Nota de Prensa
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