Un caso que ha causado revuelo en las redes sociales y medios internacionales llegó a oídos venezolanos: un hombre en China, identificado como Sister Hong, logró engañar a más de 1.500 hombres haciéndose pasar por una monja en plataformas digitales.
Este peculiar estafador, utilizando disfraces y estrategias ingeniosas, ofrecía servicios religiosos a cambio de pagos, estafando a sus víctimas con promesas de bendiciones y rituales espirituales.
Según las autoridades chinas, el sujeto, de 30 años, operaba desde la provincia de Guangdong, donde creó un perfil falso en redes sociales que incluía fotos y videos vestido con hábitos religiosos. “Utilizaba maquillaje y ropa tradicional de monja para ganarse la confianza de sus víctimas”, informó la policía local en un comunicado.
El estafador contactaba a hombres a través de aplicaciones de mensajería, ofreciendo oraciones personalizadas y supuestos rituales para atraer buena suerte, cobrando sumas que, en total, superaron los miles de dólares.
El engaño salió a la luz tras múltiples denuncias de usuarios que, al no recibir los resultados prometidos, comenzaron a sospechar. “Pagamos por sus servicios, pero nunca vimos los beneficios que aseguraba”, relató una de las víctimas a las autoridades.
La investigación reveló que Sister Hong no solo carecía de formación religiosa, sino que usaba los fondos recaudados para financiar un estilo de vida lujoso, incluyendo viajes y compras extravagantes.
El caso ha generado debate sobre la seguridad en las plataformas digitales y la facilidad con la que los estafadores aprovechan la buena fe de las personas.
Las autoridades chinas han intensificado sus esfuerzos para desmantelar redes de fraude en línea, mientras que el nombre de Sister Hong se ha convertido en tendencia, no solo por la magnitud de la estafa, sino por la audacia de su modus operandi.
En Venezuela, la noticia ha sorprendido a muchos, recordando la importancia de la cautela al interactuar en el mundo virtual.
Con información de Nota de Prensa
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