Dos científicos recibieron el premio Nobel de Medicina, esto por su contribución al desarrollo de vacunas efectivas basadas en ARNm para combatir el COVID-19 y su potencial para crear otras vacunas en el futuro.
Katalin Karikó, profesora de la Universidad de Szeged en Hungría y adjunta en la Universidad de Pensilvania y Drew Weissman, profesor y director del Instituto Penn de Innovaciones de ARN en la Universidad de Pensilvania, juntos realizaron la investigación premiada en la Universidad de Pensilvania.
El comité que otorgó el premio destacó que, “a través de sus hallazgos innovadores, los científicos han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunológico y han contribuido a la rápida creación de vacunas durante una de las mayores amenazas para la salud humana en tiempos modernos”, manifestaron.
Karikó expresó su sorpresa y felicidad al enterarse de la noticia y mencionó que su esposo fue el primero en recibir la llamada telefónica.
Cabe resaltar que, antes del COVID-19, ya se estaban realizando pruebas clínicas de vacunas basadas en ARNm para otras enfermedades como el zika, la gripe y la rabia, pero la pandemia ha llevado más atención a este método.
La producción tradicional de vacunas requería cultivar virus o fragmentos de virus en grandes tanques o huevos de gallina, y luego purificarlos para la elaboración de las dosis.
Sin embargo, la estrategia del ARNm es radicalmente diferente, ya que se basa en un fragmento de código genético que contiene instrucciones para fabricar proteínas. Al elegir la proteína específica del virus a atacar, el cuerpo se convierte en una pequeña fábrica de vacunas.
Cabe resaltar que, estas vacunas han sido clave para ralentizar la propagación del virus y han demostrado ser mucho más efectivas que otras vacunas.
Karikó, además de su trabajo en la Universidad de Pensilvania, también fue vicepresidenta de BioNTech, la empresa que se asoció con Pfizer para producir una de las vacunas contra el COVID-19.
El Nobel de Medicina del año pasado fue otorgado al científico sueco Svante Paabo por su trabajo en la evolución humana y su revelación sobre el ADN de los neandertales, lo que proporcionó información crucial sobre nuestro sistema inmunológico y nuestra vulnerabilidad al COVID-19 grave.
Con información de Nota de Prensa