Hoy, un suspiro de fe llenó los pasillos de Latina con la llegada de la Divina Pastora, nuestra Madre y Reina, que trajo consigo un manto de paz y bendiciones.
En compañía del Padre Mario Bedino, de la parroquia Nuestra Señora de Fátima Este, la Virgen visitó el canal, mientras el sacerdote, con voz serena y corazón ardiente, bendijo las instalaciones y elevó una oración por quienes allí laboran.
Conmovido, el Padre Mario habló de la Semana Santa, ese tiempo sagrado que nos lleva del dolor de la cruz a la luz de la resurrección; “Es un camino de lágrimas y alegría, donde la Virgen nos toma de la mano para encontrar a su Hijo”, dijo, invitando a todos a vivir estos días con el alma abierta.
Extendió su llamado a la feligresía: el jueves a las 5:30 p.m., en el salón, el lavatorio de pies y la adoración al monumento; el viernes, el vía crucis por las calles; y el sábado, la vigilia pascual, “el momento más grande, cuando Cristo vence a la muerte”.
Las puertas de la parroquia Nuestra Señora de Fátima y Santa Teresa están abiertas, clamó el Padre, para quienes buscan reconciliación y paz en Cristo; junto a él, el Padre Jesús Alberto Ramírez, asesor espiritual del canal, se unió a esta jornada de gracia, recordándonos que la fe es refugio en tiempos oscuros.
Hoy, Latina no solo recibió a la Divina Pastora, sino que se convirtió en eco de su mensaje: hay esperanza en el amor de Dios.



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