En un emotivo tributo que resonó en el alma de la capital, el Concejo Municipal de Caracas honró a la Madre Carmen Rendiles al declararla Caraqueña Ilustre y otorgarle, de manera póstuma, la prestigiosa Orden Waraira Repano.
Este reconocimiento consagra la vida de una mujer que, con su fe inquebrantable y su pasión por la educación, no solo transformó vidas, sino que está a punto de convertirse en la primera santa venezolana.
La Madre Carmen, fundadora de la congregación de las Siervas de Jesús, dedicó su existencia a sembrar valores y conocimiento, dejando una marca imborrable en el corazón de Caracas; su legado, tejido con humildad y servicio, fue exaltado por los concejales como un ejemplo vivo de compromiso cívico y espiritual: “Es un honor para nuestra ciudad rendir homenaje a quien vivió para los demás”, expresó una de las autoridades durante el acto.
Este reconocimiento adquiere un significado aún más profundo en el contexto de su inminente canonización; a finales de marzo, el Papa Francisco dio un paso crucial al autorizar al Dicasterio para las Causas de los Santos promulgar un decreto que verifica “un segundo milagro de Dios por intercesión de la beata”; con este anuncio, la Madre Carmen se acerca a ser elevada a los altares, un hito que llenará de orgullo a Venezuela.
En las plazas y parroquias de Caracas, los fieles celebran esta distinción con devoción y esperanza, viendo en la Madre Carmen un reflejo de la fortaleza y la bondad del pueblo venezolano; mientras la ciudad la abraza como su hija ilustre, el país entero se prepara para acompañarla en su camino hacia la santidad, un legado que seguirá iluminando generaciones.
Con información de Nota de Prensa
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