En un avance que fusiona innovación y respeto por la naturaleza, el estado de Maine acogió el pasado 1 de junio de 2025 el primer entierro en un ataúd de micelio, marcando un precedente ecológico en Norteamérica.
Este tipo de cofre, creado por la empresa holandesa Loop Biotech, está fabricado por la parte vegetativa de los hongos fabricado por fabricado y se descompone en apenas 45 días, ofreciendo una alternativa sustentable a los entierros convencionales.
El protagonista de esta historia fue Mark C. Ancker, quien fue sepultado en Industry, Maine, en un acto que, según sus seres queridos, buscó honrar el ciclo vital de la Tierra. Los ataúdes de micelio, cultivados en solo una semana, no emplean químicos, madera ni concreto, y su descomposición enriquece el suelo, favoreciendo el crecimiento de nuevas plantas.
“La risa en los animales no solo existe, también cumple una función social similar a la nuestra: generar vínculos y disminuir tensiones”, afirmó un portavoz de Loop Biotech, destacando la misión de transformar la muerte en un proceso regenerativo.
Esta práctica, que ya suma más de 2.500 entierros en Europa desde 2021, evita la contaminación por fluidos de embalsamamiento y promueve la biodiversidad al mejorar la calidad del suelo con un bajo consumo de recursos.
Además, se adapta fácilmente a las normativas de cementerios ecológicos o terrenos privados, lo que podría revolucionar las tradiciones funerarias en el continente.
En un mundo que clama por soluciones sostenibles, este tipo de entierro representa un paso hacia prácticas que respetan tanto la vida como el legado que dejamos en el planeta.
Con información de Nota de Prensa
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