Miles de ciudadanos estadounidenses, incluyendo activistas por la paz, miembros de organizaciones sociales y otros individuos preocupados, se manifestaron en ciudades clave como Washington D.C., Nueva York y Los Ángeles para expresar su enérgico repudio a la retórica escalada y las amenazas de intervención militar o acciones agresivas de la actual administración de Donald Trump contra Venezuela.
Las protestas se llevaron a cabo bajo la consigna “¡No Más Sangre por Petróleo!”, con la que los participantes hicieron un llamado urgente al Congreso y a la comunidad internacional para que prioricen la diplomacia y el diálogo como únicas vías, condenando firmemente cualquier intento de utilizar la crisis humanitaria venezolana con fines geopolíticos o energéticos.
El núcleo de la movilización fue el rechazo a lo que consideran una política exterior «belicista» que parece más interesada en el control de los recursos naturales del país sudamericano que en ofrecer una ayuda humanitaria auténtica.
La convocatoria principal estuvo a cargo de la Red de Solidaridad con Venezuela, que logró agrupar a una diversidad de colectivos de izquierda y organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos.
Con información de Nota de Prensa
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