El Papa Francisco clausuró, este domingo, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Portugal con un mensaje de esperanza y motivación para los jóvenes católicos. Durante la gran misa, celebrada, al aire libre, el Pontífice instó a los jóvenes a seguir sus sueños y recordó la importancia que tienen en la Iglesia y en el mundo.
La clausura de la JMJ permitió que más de 1,5 millones de peregrinos se congregaran en Lisboa para ser testigos de la gran final del festival católico. Junto a ellos, había unos 700 obispos y 10.000 sacerdotes, según informó el Vaticano.
“La JMJ es un encuentro de jóvenes que quieren ser protagonistas de la historia, que no se conforman con lo que les ofrecen, sino que buscan algo más grande, algo que dé sentido a sus vidas y las llene de esperanza”, dijo el Papa al dirigirse a los jóvenes.
El Papa, que se caracteriza por su estilo cercano e improvisado, se dirigió a la multitud en español, su lengua nativa. Muchos de los presentes valoraron su forma conversacional de comunicarse y expresaron su gratitud por la visita del Sumo Pontífice.
Al mismo tiempo, haciendo referencia a su predecesor, el Papa Juan Pablo II, el Pontífice recordó cómo este último había iniciado las Jornadas Mundiales de la Juventud en la década de 1980 para inspirar a la siguiente generación de católicos.
Durante la misa, Francisco animó a los jóvenes a no tener miedo de seguir sus sueños y luchar por la justicia y la paz, al mismo tiempo, hizo hincapié en que los jóvenes tienen un papel fundamental en la transformación de la sociedad.
“A ustedes, jóvenes, que cultivan sueños grandes, pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces; a ustedes, jóvenes, tentados en este tiempo por el desánimo, por juzgarse fracasados o por intentar esconder el dolor disfrazándolo con una sonrisa. A ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús les dice: No tengan miedo”, afirmó el Papa Francisco.
Al mismo tiempo el Papa aprovechó la oportunidad para citar al filósofo Soren Kierkegard y brindando un mensaje de que la belleza de la misión transcendental de Cristo consiste en, “encontrar amable el objeto no-amable, es decir amar al prójimo tal como es”.
En este sentido, el Papa Francisco reveló en un emocionante anuncio que la próxima edición de la Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en Seúl, Corea del Sur, en 2027. Luego de casi tres décadas el evento estará de vuelta a Asia.
Con información de Nota de Prensa
