El Papa León XIV presidirá el próximo 3 de agosto una gran misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes en el campus de Tor Vergata, en las afueras de Roma, un evento que promete reunir a miles de fieles en un cierre vibrante de esta celebración dedicada a la esperanza.
Según informó la oficina de prensa del Vaticano, el encuentro culminará una semana de actividades que se extenderán desde el 28 de julio, en el marco del Año Santo convocado por el fallecido papa Francisco.
El Ayuntamiento de Roma ha dispuesto un impresionante operativo para garantizar la seguridad y el éxito del evento, con un despliegue logístico que incluye pantallas gigantes, torres de audio y video, y un altar-escenario de 1.400 metros cuadrados.
Además, se reinstalará el icónico arco monumental que marcó el Jubileo de los Jóvenes del año 2000, bajo el pontificado de Juan Pablo II; la misa, que seguirá a una vigilia el sábado donde los jóvenes pernoctarán en el recinto de 814.000 metros cuadrados, será el punto culminante de esta cita espiritual.
El Jubileo de los Jóvenes, uno de los eventos más significativos del Año Santo, busca inspirar a las nuevas generaciones a vivir la fe con compromiso y esperanza.
León XIV, quien asumió el papado tras el fallecimiento de Francisco el pasado 21 de abril, ha hecho de este encuentro una prioridad en su agenda, reafirmando su cercanía con la juventud.
Una agenda intensa para el pontífice
Tras el Jubileo, el papa retomará una tradición interrumpida por su predecesor al pasar sus vacaciones en Castel Gandolfo del 6 al 20 de julio; durante el puente de agosto, regresará a esta localidad para presidir, el 15 de agosto, la misa por la festividad de la Asunción de la Virgen María en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, seguida del rezo del ángelus, el 17 de agosto, liderará nuevamente la oración mariana antes de retornar al Vaticano.
El 7 de septiembre, León XIV canonizará en la plaza de San Pedro a dos figuras emblemáticas: Carlo Acutis, conocido como el “santo milenial” por su evangelización en internet, y Pier Giorgio Frassati, un laico dedicado a los más necesitados.
Ambas canonizaciones, originalmente previstas para abril y julio, fueron unidas en una sola ceremonia por decisión del pontífice, en un gesto que busca destacar la relevancia de estos jóvenes como modelos de santidad para el mundo actual.
Con estas acciones, León XIV consolida su liderazgo pastoral, combinando la tradición con un mensaje de renovación dirigido a las nuevas generaciones, mientras Roma se prepara para vivir momentos de profunda espiritualidad.
Con información de Nota de Prensa
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