Tras el atentado terrorista cometido en la sala de conciertos Crocus City Hall, a las afueras de Moscú, el pasado viernes por la noche, el Kremlin busca respuestas en medio de la tragedia que dejó un saldo de al menos 137 muertos y más de 150 heridos.
En este sentido, el presidente de Rusia Vladímir Putin confirmó que el Estado Islámico es el responsable del ataque, no obstante, para los altos mandos de la Federación Rusa una pregunta persiste, ¿Quién dio la orden? Al respecto, el propio Putin declaró: “Sabemos por manos de quién se cometió esta atrocidad contra Rusia y su pueblo. Nos interesa saber quién lo ordenó“, añadiendo que buscan “obtener respuestas a una serie de preguntas”.
Para este punto, ya el presidente del Comité de Investigación de Rusia, Alexánder Bastrykin informó que los autores del atentado han confesado su crimen, aportando detalles cruciales sobre la planificación del ataque y sus cómplices. No obstante, el primer mandatario del país, señala que este acto de violencia, perpetrado en el mes del Ramadán, sagrado para los islámicos, plantea “interrogantes sobre las verdaderas intenciones y beneficios detrás de tales atrocidades“.
“La pregunta que surge de inmediato: ¿A quién beneficia esto? Esta atrocidad puede ser solo un eslabón de toda una serie de intentos de quienes, desde 2014, están en guerra contra nuestro país con manos del régimen neonazi de Kiev”, indicó Putin, insinuando la posible implicación del régimen de Kiev, ya que para el mandatario, el ataque sería una acción intimidatoria que podría ser parte de una campaña más amplia contra su nación.
En opinión del jefe de Estado, los autores intelectuales del atentado querían “sembrar el pánico y la discordia” en la sociedad rusa, pero “se encontraron con unidad y determinación para hacer frente a este mal”. “Nuestra sociedad dio ejemplo de verdadera solidaridad, cohesión y apoyo mutuo en estos tiempos difíciles”, concluyó.
Con información de Nota de Prensa
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