En un giro histórico, el Primer Ministro británico, Keir Starmer, oficializó la cesión de la soberanía de las islas Chagos a Mauricio, tras un acuerdo que asegura el control conjunto de una estratégica base aérea en el océano Índico.
La decisión, que culmina un largo proceso de negociaciones, llega luego de que el juez londinense Martin Chamberlain anulara una medida cautelar que amenazaba con retrasar la firma, argumentando que mantenerla habría “sustancialmente perjudicado” los intereses británicos.
El acuerdo establece que Reino Unido pagará a Mauricio “136 millones de dólares cada año durante 99 años” para mantener operativa la base militar de Diego García, utilizada por Reino Unido y Estados Unidos.
Esta instalación, según Starmer, es crucial para la seguridad nacional, destacando que “la ubicación estratégica de esta base es de suma importancia para Reino Unido, desde el despliegue de aviones para derrotar a los terroristas en Irak y Afganistán hasta la anticipación de amenazas en el mar Rojo y el Indo-Pacífico”.
Además, aseguró que el pacto, respaldado por el zp
Presidente estadounidense Donald Trump en febrero, ofrece “sólidas protecciones, incluso frente a influencias malignas”, garantizando su funcionamiento por décadas.
El proceso no estuvo exento de controversias: La oposición británica ha criticado el acuerdo por considerarlo costoso y por temores de que beneficie indirectamente a China,sin embargo, el gobierno defiende la medida como esencial para el futuro de Diego García, cuya importancia estratégica es indiscutible.
Las islas Chagos fueron separadas de las Islas Mauricio en 1968 por Reino Unido para arrendar Diego García a Estados Unidos, una decisión que desató décadas de disputas.
Desde Mauricio, el Primer Ministro Navin Ramgoolam celebró el acuerdo como un hito en la descolonización, declarando en una emisión televisada: “Con este acuerdo estamos completando el proceso total de descolonización. Es el reconocimiento total de nuestra soberanía en las Chagos, incluido Diego García”.
La firma, que estuvo a punto de postergarse por una acción legal impulsada por un ciudadano británico nacido en Chagos, marca un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países y reafirma la soberanía mauriciana tras más de medio siglo de controversia.
Con información de VTV
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