Un nuevo sismo de magnitud 6,4 remeció este martes la costa norte de Papúa Nueva Guinea, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos; el movimiento, registrado a las «18:05 (UTC+3:00)», es el tercer evento telúrico que golpea al país en menos de dos meses, avivando la preocupación de sus habitantes ante la constante actividad sísmica en la región.
El epicentro del terremoto se ubicó en alta mar, frente a la costa norte, en una zona conocida por su alta vulnerabilidad debido a su posición en el «Anillo de Fuego» del Pacífico, un cinturón de intensa actividad tectónica que rodea el océano y desencadena frecuentes sismos y erupciones volcánicas.
Este fenómeno geológico, causado por el movimiento constante de placas como la del Pacífico y la indo-australiana, mantiene a Papúa Nueva Guinea en un estado de alerta permanente.
El sismo de este martes se suma a los registrados el pasado 4 de abril, de magnitud 7,2, y el 12 de abril, de 6,2, este último con epicentro a «115 kilómetros al sudeste de la ciudad de Kokopo» y a una profundidad de 72 kilómetros.
Aunque el reciente temblor no habría causado daños significativos, según reportes preliminares, se estima que fue sentido en localidades como Angoram, a 95 km del epicentro, y Wewak, a 137 km, donde los residentes percibieron una «leve sacudida».
Las autoridades no descartan incidentes menores, como la caída de objetos o rotura de vidrios.
La recurrencia de estos eventos subraya la fragilidad geológica de Papúa Nueva Guinea, un país donde la amenaza de terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas es una constante; las autoridades locales han reiterado la importancia de mantener planes de contingencia y educar a la población para enfrentar estas eventualidades.
Por ahora, el país respira con cautela mientras los sismólogos continúan monitoreando la actividad en la región.
Con información de Nota de Prensa
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