La vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos de Venezuela, Delcy Rodríguez, hizo pública la denuncia sobre la incautación de un tanquero petrolero en el mar Caribe, un hecho que fue confirmado por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Rodríguez calificó la acción como un ilícito internacional y un ataque directo contra la riqueza nacional, afirmando que el verdadero objetivo de Washington es robar y apropiarse ilegítimamente del petróleo venezolano sin compensación alguna.
A raíz de esta acción, el gobierno venezolano emitió un comunicado oficial repudiándola como un «acto de piratería internacional» y anunció que llevará su denuncia ante todas las instancias internacionales para exponer lo que considera un «vulgar robo».
Venezuela reafirmó su firme compromiso de defender la soberanía energética y el patrimonio de la nación ante estas agresiones externas. Las declaraciones de Rodríguez concluyeron con un llamado a la unión nacional en defensa de sus recursos.
La operación había sido previamente confirmada por el propio presidente Trump, quien se jactó de la incautación en la Casa Blanca, señalando que se trataba del tanquero «más grande jamás incautado», según funcionarios de Reuters, la operación fue ejecutada por la Guardia Costera estadounidense.
Este suceso se produce en un contexto de fuertes tensiones entre Caracas y Washington, marcadas por sanciones económicas y medidas coercitivas contra el sector petrolero venezolano, donde el gobierno de Venezuela acusa a EE. UU., de buscar el despojo de sus recursos naturales, mientras que la administración estadounidense lo presenta como parte de su política de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Con información de Nota de Prensa
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