Con la frente en alto y un tono contundente, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela arremetió contra las recientes sanciones anunciadas por Canadá, desechándolas como un gesto vacío y servil que solo evidencia la sumisión de Ottawa a los intereses de Washington.
A través de un comunicado, el Ministerio para Relaciones Exteriores no dudó en señalar esta acción como un “lamentable intento por congraciarse con los designios que se emanan desde su metrópoli en Washington”.
Para Venezuela, el gobierno canadiense no es más que un títere en el tablero de las agresiones orquestadas por Estados Unidos, al punto de que “ha dejado de ser un país soberano para convertirse en el estado número 51, sin voz propia y con una diplomacia dictada desde la Casa Blanca”.
El texto oficial señala, “esta colonia, con ínfulas de imperio, cayó en el ridículo absoluto al seguir una agenda hostil contra la República Bolivariana”.
El Ejecutivo nacional dejó claro que no dará un paso atrás ni legitimará estas medidas, afirmando que “no reconoce ni reconocerá jamás estas medidas absurdas y se reserva las acciones recíprocas que aplicará en contra de los funcionarios arrastrados que han tomado dichas medidas”.
Con esta postura, Venezuela reafirma su decisión de enfrentar cualquier embate con la gallardía que, según el comunicado, distingue a los pueblos bolivarianos.

Con información de Nota de Prensa
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