El Estadio La Cartuja de Sevilla será el escenario, a partir de las 17:00 horas, del esperado clásico español que definirá al campeón de la 123ª edición de la Copa del Rey. El encuentro enfrenta a un Barcelona con la mira puesta en el triplete y a un Real Madrid que busca en este título un respiro en una temporada turbulenta, marcada por la polémica arbitral y rumores de incomparecencia.
Para el Barcelona, la final representa el primer paso firme hacia la consecución de un histórico triplete de títulos. El equipo dirigido por Hansi Flick llega al encuentro con un rendimiento superior en las últimas semanas, lo que le ha permitido consolidarse en la cima de LaLiga y alcanzar las semifinales de la Champions League. Además, el conjunto blaugrana cuenta con precedentes favorables ante el Real Madrid en esta temporada, tras sendas goleadas en Liga (4-0 en el Santiago Bernabéu) y en la final de la Supercopa de España (5-2 en Arabia Saudita). Sin embargo, Flick no podrá contar para este crucial duelo con su goleador Robert Lewandowski, lesionado, ni con el lateral Alejandro Balde, también baja por problemas físicos.
Por su parte, el Real Madrid afronta esta final en medio de una tormenta mediática desatada por la denuncia contra el arbitraje y los rumores, finalmente desmentidos, de una posible no presentación al encuentro. Para el técnico merengue, el título de Copa del Rey se presenta como una tabla de salvación y una de las pocas cartas que podría exhibir para tratar de asegurar su continuidad en el banquillo blanco.
La designación del árbitro vasco Ricardo De Burgos Bengoechea añadió un componente dramático a la previa del encuentro. En una emotiva rueda de prensa, el colegiado lamentó entre lágrimas la campaña de desprestigio orquestada por Real Madrid Televisión contra él y sus colegas, denunciando el impacto negativo que esto tiene en sus familias.
Tras estas declaraciones, se especuló con una posible petición del Real Madrid para la sustitución del árbitro y del encargado del VAR, Pablo González Fuertes, alegando falta de imparcialidad. Sin embargo, el club finalmente emitió un comunicado desmintiendo los rumores de una posible renuncia a disputar la final, centrando la atención en el trascendental duelo por el título copero.
Con aspiraciones contrastantes y un clima enrarecido por la polémica, Barcelona y Real Madrid se preparan para un nuevo capítulo de su histórica rivalidad, donde el trofeo de la Copa del Rey será el codiciado premio.
Con información de Nota de Prensa
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