Como ya se informó más temprano, una devastadora sacudida ha estremecido la región autónoma de Xizang, en el Tíbet, donde un sismo de magnitud 6,8 ha dejado un saldo trágico de al menos 126 fallecidos y 188 heridos; ante esta catástrofe, el Presidente de China, Xi Jinping, ha emitido órdenes urgentes para maximizar los esfuerzos de salvamento y socorrer a los afectados.
“Es esencial fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos y asignar rápidamente suministros de emergencia”, enfatizó el líder chino, quien subrayó la premura de las acciones para rescatar víctimas, evitar desastres adicionales y reubicar a los residentes en peligro.
Por su parte, el Primer Ministro Li Qiang ha instado a las entidades de salvamento a evaluar el daño y coordinar de manera eficiente las operaciones de rescate, la prioridad es clara: Salvar vidas ante las adversidades y réplicas que aún se registran en la zona, según reportes del Servicio Geológico de Estados Unidos.
En medio de esta emergencia, la comunidad internacional observa con atención los desarrollos y la respuesta de las autoridades chinas en esta crisis humanitaria.
Con información de Nota de Prensa
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