La tarde del 28 de noviembre fue testigo de un lamentable suceso en el barrio Campo Alegre, localizado en la localidad Norte-Centro Histórico de Barranquilla.
Una sección del conjunto residencial Privilegios, situado en la intersección de la calle 89 con carrera 41, se vino abajo, provocando una emergencia de proporciones significativas.
“Había personas en las viviendas, en los apartamentos, entonces, vamos a hacer una evaluación inicial, en compañía de los demás grupos de emergencia para dar un reporte veraz y objetivo de lo que está pasando, a simple vista se ve que se desplomaron tres o cuatro pisos”, informó José Molina, representante de la Defensa Civil, en declaraciones a medios locales.
El edificio, que había sido evacuado entre 2005 y 2010 debido a fallas estructurales, fue reocupado posteriormente por decenas de familias, incluidos propietarios y migrantes venezolanos.
Las autoridades están en plena evaluación del colapso, que ha dejado a varias personas atrapadas entre los escombros y con lesiones.
Las ambulancias y los organismos de emergencia acudieron al lugar, prestando ayuda a los afectados.
“Varias personas han sido trasladadas, estamos esperando el resto de ambulancias y apoyos que conforman la unidad de respuestas de la ciudad de Barranquilla. La idea es ingresar al sitio para poder evaluar si todavía hay personas atrapadas con vida”, informaron las autoridades en pleno desarrollo de la situación.
Al final el evento dejó saldo de una persona fallecida y cuatro menores de edad rescatados, los cuales fueron trasladados de inmediato a centros médicos del área para recibir atención.
Este evento ha causado una profunda conmoción en la ciudad, destacando una vez más los riesgos y desafíos asociados con las fallas de construcción en zonas residenciales.
Con información de Nota de Prensa
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