No es que uno no pueda escribir sobre las dulcerías y las plazas,
no es que el amor no me alarme de pronto como el sonido de un timbre,
no vayan a pensar ustedes que uno no ha leído los poemas de Rubén Darío o la última entrevista a Lezama Lima, hecha por uno de tres en La Habana.
De ninguna manera vayan a verme ustedes como a un fundamentalista de cara larga:
Yo tengo el corazón en la mano, ronroneando como un gato,
siento los besos como una ola que revienta sobre el resplandor del alba,
pero entiendan, es la amenaza de guerra la que me tiene en el sitio,
es el cáncer, los secretos de la CIA, Guantánamo, las sanciones,
y la endemoniada hegemonía de Mickey Mouse y los siete enanitos de la OTAN, haciendo fiestas en el Medio Oriente con la viva imagen del Guernica
Me gustan los jardines y la miel… amo al vendaval que me consume
Pero, si lo que provoca es llenarse la boca de plomo y hacer un discurso contra el dólar:
¿Cómo van ustedes a creer que yo voy a escribir sobre duraznos y besos?
Poesía
Por David Gómez Rodríguez
@davidgomez_rodriguez
Imagen Obra plástica de ALEXANDER KOSOLAPOV. Mickey – Gernika, 1985