En medio de la escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, España emerge como el nuevo gigante en el mercado de carne porcina, desplazando a los productores estadounidenses afectados por los “aranceles de EEUU a China, que alcanzan cifras históricas”.
Con un gravamen chino del 125% sobre productos norteamericanos y una respuesta de Washington que impone un 145% a las exportaciones chinas, el sector porcino de EE.UU. enfrenta una crisis sin precedentes, abriendo una puerta dorada para los exportadores españoles.
La guerra comercial, intensificada desde el 2 de abril por el Presidente Donald Trump con tarifas del 54% a socios comerciales como China, ha generado retaliaciones inmediatas, incluyendo un paquete arancelario chino del 34% adicional.
Este intercambio de sanciones ha permitido que el cerdo español gane terreno en el mercado asiático, consolidándose como una alternativa confiable frente al declive de las exportaciones estadounidenses.
Más allá de la carne, la pugna comercial ha golpeado sectores estratégicos: China suspendió recientemente la exportación de minerales raros e imanes, vitales para industrias como la automotriz y tecnológica, asestando un nuevo revés a la economía estadounidense.
Mientras tanto, España capitaliza esta coyuntura, fortaleciendo su posición como proveedor clave para China y demostrando cómo las disputas entre potencias pueden redibujar el mapa del comercio global.
Con información de Nota de Prensa
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